miércoles, 21 de noviembre de 2018

NAFARROA ACUERDA UNOS PRESUPUESTOS QUE VAN MÁS ALLÁ DE LA LEGISLATURA

El cuatripartito buscó la foto en el registro del propio Parlamento. Representantes de las cuatro formaciones que firmaron el Acuerdo Programático que trajo el cambio en Nafarroa entregaron un bloque conjunto de enmiendas al proyecto presupuestario del Gobierno, por un valor de unos 20 millones de euros. Eso supone que las cuentas del consejero llegarán a pleno con la mayoría necesaria para ser aprobadas.
Los Presupuestos de 2019 solo serán ejecutados en parte por el actual Gobierno, cuya caducidad viene marcada por las elecciones de mayo. Así que lo que dieron ayer las formaciones que trajeron el cambio fue fundamentalmente un mensaje de continuidad del acuerdo y de sus políticas. Si vuelven a dar los números, el cambio seguirá.
Tras formalizar el registro, portavoces de las distintas formaciones realizaron una valoración. Arrancó Koldo Martínez por Geroa Bai, quien remarcó que lo principal es la estabilidad que conlleva haber contado con presupuestos todos los años en tiempo y forma. «Las cuatro formaciones que firmamos el Acuerdo Programático hemos llegado a otro acuerdo más: hemos pactado 128 enmiendas por un valor de 20 millones. Son enmiendas que son de todos y todas, como también lo fue ese acuerdo de hace cuatro años». Martínez sostiene que esto muestra «un gobierno estable, un gobierno fuerte y un gobierno del cambio que trabaja de forma constante».
Bakartxo Ruiz, por EH Bildu, subrayó que, más allá del valor concreto de esas 128 enmiendas presentadas ayer, está «la importancia política que tiene acabar la primera legislatura del cambio con unos presupuestos aprobados por cuarta vez consecutiva». Ruiz defendió que esto se ha conseguido gracias «al esfuerzo por acordar, dentro de las prioridades que cada uno ha puesto encima de mesa, las políticas importantes para la ciudadanía navarra». Y también destacó que esto es síntoma «del compromiso de todos los grupos con el cambio».
La que será nueva cabeza de listas de EH Bildu insistió en que a la legislatura le quedan leyes muy importantes, como la Ley de Igualdad o el Mapa Local. Y explicó que parte de estas enmiendas de última hora tienen que ver con estos proyectos.
«Desde EH Bildu creemos que esta es la primera legislatura y que el cambio tendrá continuidad. Y hemos hecho estos presupuestos pensando en las políticas de cambio y pensando en cumplir con el Acuerdo Programático que no acabará en mayo», aseguró Ruiz.
El grupo de Podemos estuvo representado por Rubén Velasco, quien aclaró que para sacar adelante estas enmiendas y el apoyo a estas cuentas Orain Bai y Podemos no han tenido desencuentros. «Las enmiendas acordadas son importantes. En particular, aquellas destinadas a la Hacienda y a luchar contra el fraude fiscal. Queremos incidir también en la recaudación para seguir adelante en las políticas del cambio que acordamos en 2015», afirmó Velasco.
En último términ, intervino Marisa de Simón (I-E). «Es una gran satisfacción tener un presupuesto. Quería destacar que las enmiendas avanzan en ese carácter expansivo y social iniciado en esta legislatura por las fuerzas del cambio. Este aumento progresivo del gasto supone el fin de los recortes. Ha sido un giro de 180 grados a la política que habían desarrollado los anteriores».

Un PSN que sigue fuera
De Simón lanzó también un mensaje al PSN. Recordó que el Parlamento ha pactado también una partida de gasto de 113 millones que Nafarroa tiene derecho a gastar por haber conseguido tener superávit gracias a sus políticas fiscales y la renegociación del Convenio. Poder acometer estas partidas depende ahora de la decisión del Gobierno central, por lo que De Simón urgió al PSN a intermediar con Madrid para que estos presupuestos «sean aún mejores».
Pero el PSN por ahora está muy fuera de los postulados del cambio y de las negociaciones. Su líder, María Chivite, dio una muestra de desconocimiento absoluto de las cuentas después de censurar públicamente la ausencia de una partida para comenzar a impartir la carrera de Medicina en la UPNA.
La consejera de Educación, María Solana, entró a esta polémica recordándole públicamente que la partida presupuestaria existe dentro del convenio de financiación de la Universidad Pública y le tachó de querer apropiarse ahora de las iniciativas del cambio, cuando en su etapa dentro del Gobierno y como apoyo necesario de UPN nunca dio pasos concretos.
En cualquier caso, Chivite también ofreció una rueda de prensa ayer para fijar postura. El PSN quiere colocarse en una posición de neutralidad y no ha presentado, ni apoyará, enmiendas a la totalidad a las cuentas. UPN y PP sí lo han hecho y el Parlamento las votará –y tumbará holgadamente– en el pleno que tendrá lugar hoy.
Chivite y los suyos presentarán su propia batería de 297 enmiendas por un valor de 187 millones, ampliando el gasto. Su estrategia es bastante similar a la de años anteriores, ya que el PSN acostumbra a votar que sí a todas las partidas de ampliación del gasto vengan de las formaciones del cambio o de UPN, sin tener en cuenta los ingresos. Una forma de abordar los debates presupuestarios tan cómoda como incongruente.

La inestabilidad del motorista
Con el Acuerdo Programático de 2015, Nafarroa recuperó la estabilidad después de tres años con prórrogas presupuestarias. La ruptura del Gobierno de coalición de Yolanda Barcina y Roberto Jiménez –adornada con la leyenda de que la expresidenta envió a un motorista a medianoche para informar a Jiménez de que estaba fuera del Gobierno– acabó haciendo inviable para UPN el acuerdo presupuestario. Al alcalde de Iruñea, Enrique Maya, aún le fue peor, pues no consiguió aprobar unas cuentas durante todo su mandato.
Barcina pudo continuar gobernando gracias a la recesión. Como los presupuestos heredados contemplaban un gasto mayor que el que se podía hacer al año siguiente, las partidas de años anteriores le seguían valiendo. Simplemente, les aplicaba la tijera en función de un techo de gasto cada vez más bajo.
En una fase al alza como la que se ha conseguido con el Acuerdo Programático (mediante la política fiscal, la coyuntura económica y la renegociación del Convenio), un Ejecutivo en precario como el último de UPN es inviable. Se necesitan discutir y ampliar las partidas elaborando nuevos presupuestos, pues de otra forma el gasto no puede crecer de un año para otro.
A lo largo de estos cuatro años, el gasto presupuestario ha crecido en un 16%, según indicó el consejero Aranburu cuando envió al Parlamento su borrador para estas cuentas.
Y así, mientras el cambio ha logrado una solidez económica y una estabilidad que va más allá de las elecciones de mayo, la alternativa de derechas afrontará el reto electoral con una mayor fragmentación (por la previsible irrupción de Ciudadanos) y mayores dificultades para acordar los presupuestos anuales que en la etapa anterior, cuando tampoco pudo hacerlo. Y esta vez, en una fase expansiva donde las prórrogas ya no sirven.

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