domingo, 4 de septiembre de 2016

NUEVOS DATOS QUE APORTA KONTUZ! PARA LA INVESTIGACIÓN DE LAS IRREGULARIDADES EN CAJA NAVARRA

Hoy, para demostrar que es necesaria una investigación exhaustiva, queremos dar a conocer públicamente datos obtenidos gracias a la insistencia de Kontuz! en la Audiencia Nacional  y que, por tanto, también tienen en sus manos el juez y la fiscalía de esta institución. Datos que en algunos casos serán justificables, seguro que “legales”, pero ante los cuales alguien tendrá que dar cuenta a la ciudadanía por su poca o nula relación con el negocio bancario. Gastos en vino, en jamón, en coches de lujo, en viajes y en hoteles de cinco estrellas. Y, por supuesto, enormes facturas de empresas de amigos. Todo ello mientras el Gobierno de Navarra y el Banco de España estaban, teóricamente, supervisando todo. Del análisis de los gastos que ha tenido la Caja en los últimos ocho años hemos comprobado, una vez más, cómo los amigos del exdirector y la cúpula de UPN han obtenido importantes beneficios en sus negocios con la Caja.

Entre las personas que más dinero han hecho con la Caja está una de las filiales del Corte Inglés con el influyente líder de los navarros en Madrid, Florencio Lasaga, a su cabeza, que en ocho años facturó a CAN 13’6 millones. Un amigo personal de Goñi, el publicista Ricardo Bermejo, cobró al menos 10’5 millones y otro de los publicistas favoritos de UPN, Rafa Galobart, se llevó otros 190.000. Otros 240.000 fueron a la Fundación de Estudios Financieros, a la que también pertenecía Barcina y en la que se cobraban dietas, aunque nadie haya tenido el detalle de decirnos la cuantía.

Otro de los grandes beneficiarios fue AFI, la consultoría de Emilio Ontíveros, en el consejo de la entidad, con 1’9. Y eso que AFI, para eso se les contrataba, ni siquiera vio venir la brutal crisis económica. En viajes se han gastado también cifras que asustan. Más de siete millones y medio. Y eso sin contar los hoteles, porque esos gastos los pasaban aparte. Hay prácticamente tres millones de euros que han ido a pagar hoteles de lujo, como el Santo Mauro, de Antonio Catalán, que pasó facturas a la Caja por valor de 10.449 euros.

Tampoco falta en la lista de hoteles de lujo el Gran Domine de Bilbo, un cinco estrellas junto al Guggenheim. E incluso hay facturas de un balneario, las Malloas. ¿De verdad era necesario para la caja gastarse 145.000 euros en un balneario? Cómo no, también nos han aparecido gastos en La Perla, donde se alojaba Ricardo Martí Fluxá. El gasto en ese hotel más lujoso de Pamplona en lo peor de la crisis es de 118.000 euros. Un pasito atrás queda el Hotel Europa, con 95.000.

Pero, claro, no sabemos si eso corresponde a habitaciones de hotel o a comilonas. Porque a costa de la caja también han comido en los mejores restaurantes: hay facturas de La Olla que suman más de 63.000 euros. Era de los que más les gustaba, pero han comido también en el Tubal de Tafalla (55.239 euros en tres años) o en el Rodero (51.800).

Hasta han cargado a la caja facturas de un restaurante italiano de la Morea que suman otros 30.000 euros. Y podríamos seguir con comidas en el Asador Astarriaga (22.229 euros), etc.

Solo en Bodegas Sarria se han dejado, debería aclararlo si solo en vino (y en fiestas, que también sabemos que solían celebrarlas por todo lo alto) 2 millones de euros. No sabemos si corresponde a una de esas fiestas el gasto de 29.500 euros en una tienda de disfraces, que también nos parece un gasto bastante innecesario para ejercer la labor bancaria.

Lo mismo que la maquinaria para hacer fitness que, al parecer, compraron a la empresa Ortus. Según hemos descubierto, se celebraban importantes reuniones bancarias en el pub Kairos y, si sumamos las facturas de los últimos años, ascienden a 262.179 euros.

Más de un cuarto de millón gastado en un único bar. Y no era el único, ya que en el Pub Gardens se han gastado otros 22.000 euros en dos años. Alguien tendrá que aclarar estos dispendios que suman una cantidad nada despreciable. Tampoco entendemos justificado que la Caja se gastara en Jamones Itarte 21.939 euros en 2007, el año que empezó la crisis. Pero lo cierto es que se repitieron y el año siguiente se gastaron en jamón otros 25.646. Y en los años siguientes hay facturas en distintas empresas de embutidos por valor de 100.000 euros, la mayoría en los años de plena crisis.

Hay facturas de los clubs de golf de Gorraiz y de la Ulzama e incluso nos han aparecido gastos por valor de 14.000 euros en el club de campo de la Real Sociedad Española de Hípica. En facturas a concesionarios de coches, buena parte de ellos de lujo, también se han dedicado importantes fondos de la caja. Sumando las facturas principales, la caja se ha gastado en coches unos 8 millones de euros desde el año 2004 hasta la absorción. Dos de ellos se gastaron en el concesionario de Gazpi, que sólo vende vehículos de alta gama.

Revisando las facturas de CAN no hemos logrado saber todavía dónde se compraron los relojes famosos. Siempre hemos pensado que se compraron en la calle Serrano de Madrid, pero ahora nos salen más candidatos en distintas joyerías navarras hasta llegar a los 265.000 euros. Todo eso se queda corto si lo comparamos con los artículos de la marca de lujo Loewe, famosa por sus carísimos bolsos. Pues bien, en Loewe la caja ha gastado otro cuarto de millón de euros. Hay más gastos que entendemos que deberían revisarse.

Hay más de 120 millones gastados en constructoras. 26 millones fueron a parar a una única empresa, Lamberto, que al parecer se encargaba de construir oficinas. En abogados se han gastado otros siete millones de euros. Y eso que no hemos dado con los honorarios del hijo del señor Asiáin, pese a que sabemos que trabajó para CAN durante años. El bufete de Alonso Ureba facturó más de un millón.

Cuatrecasas se llevó 2’37 millones. Sagardoy, mientras era consejero de CAN, sumó facturas por valor de 373.000. Así es difícil ganarles en los tribunales. Muchos de estos gastos entendemos que deberían ser explicados bien al gobierno navarro o al Parlamento. Todas estas facturas corresponden solo a CAN.


Faltan los de la Corporación, los de Viálogos (casi 8 millones facturados a la matriz esos años) y los de todas las pequeñas empresas y sociedades que controlaba, pero que tenían sus propia contabilidad. Hay, por tanto, un inmenso trabajo por hacer y, por ello, invitamos al gobierno del cambio a seguir adelante con él. Independientemente de la calificación jurídica que tengan, pensamos que ha habido gastos indecentes e impropios de una caja que tenía un fin social y que, supuestamente, carecía de ánimo de lucro.

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