Hace cuatro años, en plena manifestación del 8 de marzo en Madrid, Sara Brun (Carcastillo, 1972) abrió los ojos y se dio cuenta de la injusticia pasada y la revolución pendiente. "En ese momento me puse las gafas moradas, y desde entonces todo lo que veo es feminismo en mi vida", asegura.
Escritora y realizadora de documentales y cortometrajes en los que lo rural es protagonista, Sara Brun ha llevado a su terreno profesional esa convicción que se inyectó en lo más hondo de su ser aquel 8 de marzo, y fruto de ello son varios libros publicados en torno al feminismo –el último editado por Penguin Random House– y un cortometraje muy reciente que está logrando un buen recorrido por festivales, pero con el que sobre todo su autora quiere llegar a la gente de a pie, tanto de las ciudades como de los pueblos, para dignificar a estos últimos.
El mundo en femenino es el título del libro ilustrado por Montse Galbany en el que la carcastilleja rescata a 50 pioneras españolas de todos los tiempos, cinco de ellas navarras, a las que devuelve al lugar que deben ocupar en la Historia. Un "grito por la igualdad", dice su autora, que pone en valor a cincuenta mujeres extraordinarias, valientes y vitales, de personalidad fuerte y cuyas hazañas, decisiones, aventuras u obras fueron tan (y a veces incluso más) importantes como las de sus contemporáneos masculinos, pero nunca se les ha reconocido.
"Antes de que el Códice Calixtino fuera escrito por un monje francés en el siglo XI y se convirtiera en la primera guía de viajes sobre el Camino de Santiago, Egeria, una gallega, había recorrido todos los lugares santos y también había dejado escrita una guía precisa y preciosa de todos ellos. Esto ocurrió en el siglo III, pero claro, como Egeria era mujer, su legado pasó desapercibido", cuenta la autora. Con Egeria inicia la travesía en esta obra ilustrada que llega hasta el siglo XXI con mujeres que, hijas de su tiempo, están labrando la historia del feminismo con su ejemplo, como la granjera de Figarol Silvia Lázaro, o la madre coraje además de abogada, psicóloga y experta en autismo Amaya Ariz.
Toda Aznárez, Juana la Loca, María Moliner, Ángela Ruiz Robles, Rebeca Atienza o Manuela Carmena son otras de las mujeres que figuran en este libro, que surge de la inquietud de Sara Brun por investigar sobre los efectos del patriarcado en la Historia y en nuestra vida actual. "El patriarcado lo empaña todo. Toda la existencia de la humanidad se levanta sobre él. Las mujeres hemos vivido siempre como si fuéramos menores de edad, y siendo consentidoras de eso porque en realidad no sabíamos que había otra cosa", reflexiona la escritora navarra, quien tiene la teoría de que la mujer ha sido relegada históricamente a un segundo plano "por su capacidad de parir". "Su valor reproductor le hizo ser moneda de cambio con el surgimiento de la agricultura y de la propiedad. Luego llegaron las religiones y todo lo que ello conlleva... y en la Ilustración también perdimos mucho. La mujer no podía ir a las universidades y se la retuvo todavía más en casa", cuenta. El momento que vivimos ahora, dice, es "un hito histórico". "Somos afortunadas de estar en el siglo XXI y poder ir todas, y todos, a lo mismo, a luchar por la igualdad". Ella es optimista en este cambio: "Quizá dentro de 50 años esto se estudie como historia porque ya estemos en el feminismo pleno", desea.
Las 50 mujeres que ha elegido para componer El mundo en femenino tienen ocupaciones muy diversas. "Si buceas en la historia, las que más aparecen son reinas, pero dentro de las reinas he querido coger a las que casi no se nombran. Muchas, y esto es triste, destacaron por actuar como hombres. Porque no había una manera propia de hacerlo como mujeres. Ahora es cuando vamos a empezar a tener un comportamiento puramente de mujer y vamos a ser poderosas por eso", augura Brun, quien desde el siglo III ha ido avanzando y descubriendo "a escritoras de las que nunca había oído hablar y que tienen textos maravillosos, pintoras, aventureras, piratas... de todo, igual que sabemos que hay hombres que hicieron y hacen de todo. Pero se nos ha contado la Historia desde un solo sexo que es masculino".
Toda Aznárez (875-958), el personaje más influyente de la corte navarra del siglo X y para Sara Brun "una superabuela"; la republicana y maestra asesinada Camino Oscoz (Pamplona, 1910-Pamplona, 1936); la "indomable" Fátima Djarra (Guinea- Bisáu, 1968), que desde Médicos del Mundo Navarra lucha para que la mutilación genital femenina deje de ser una realidad y deje de practicarse por desconocimiento; Amaya Ariz (Pamplona, 1971), "madre coraje", abogada, psicóloga y experta en autismo que lucha para ayudar a su hijo y a todos los niños con esta condición; y la ganadera de Figarol Silvia Lázaro (1983), quien personifica el avance de que "las granjeras ya no son solo las mujeres de los granjeros, sino granjeras con oficio propio", son las cinco navarras incluidas en El mundo en femenino, cuyas ilustraciones creadas por Montse Galbany inmortalizan a "mujeres guapas a la vez que extraordinarias. Grandes, con mucha personalidad, fuerza y vitalidad. Mujeres que gritan o que gritaron aunque no se les hizo caso. De todas ellas he aprendido algo", destaca Sara Brun, quien vive a caballo entre Carcastillo y Madrid, donde trabajó durante veinte años como productora de televisión.
El libro, que se publicó el pasado 6 de febrero, se presentará en Katakrak el próximo jueves, y el 7 de marzo en Carcastillo –en los dos sitios se proyectará además el cortometraje Rural es Feminista–. En fechas todavía por cerrar, habrá próximas presentaciones en Zaragoza, Madrid y Cáceres.
Sara Brun está convencida de que "va a llegar un momento en que vamos a tener que comernos la lechuga de nuestro huerto", y cree que las mujeres van a tener "un papel primordial ahí, en que la tierra vuelva a escribirse con T mayúscula; en su cuidado y su cultivo". Por eso termina su libro El mundo en femenino con una ganadera de este tiempo, y por eso se empeña en dignificar el medio rural a través de su trabajo audiovisual.
Muestra de ello es el cortometraje Rural es Feminista, que ha dirigido junto a Xavi Berraondo. Rodado en junio del año pasado entre Carcastillo, Murillo el Fruto, Santacara, Mélida y Figarol, plantea una historia de feminismo rural a través de "una señora mayor que es feminista, y a la que el feminismo le ha venido como a todas, de repente, y dice: ¡ostras!, que el cuadro es de este color, y llevo viéndolo de este otro toda mi vida...". Con este corto, sus directores buscan "visibilizar el feminismo en lo rural, y gritar que no nos vamos a quedar atrás en esta cuestión. De hecho, hay mucha conciencia feminista en el medio rural, y en él las asociaciones de mujeres van para adelante, van como un tiro", afirma Sara Brun. "Lo rural está invisibilizado del todo, e infravalorado. Y tenemos que gritar y defender lo nuestro, y sentirnos orgullosos de ello. No somos unos paletos por ser de pueblo. Porque los que viven en las ciudades se creen que todos queremos vivir como ellos, en la ciudad. Pues no es así. Lo que necesitamos son carreteras y servicios, pero no nos queremos mover de aquí", defiende Brun, quien en estos momentos rueda otro corto en Bardenas, "otra historia rural y feminista, en este caso de madres e hijas", y trabaja además en un futuro libro sobre la menstruación, "que siempre ha sido tema tabú".
La escritora y realizadora navarra tiene muy claro que el verdadero avance en la humanidad llegará cuando "los cuidados se valoren como el trabajo primordial". El cuidado de niños y ancianos, del Planeta... "Ahora son lo último de la lista, pero no podemos seguir sin cuidados. Hay que ponerlos en el nivel que tienen que estar. O nos destruiremos como raza".
Diario de Noticias
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