miércoles, 26 de febrero de 2020

EUSKERA, UN DERECHO A RESPETAR

Con frecuencia se suelen utilizar  bellas palabras  con respecto al euskera, patrimonio cultural, riqueza cultural,  es reconocida  como un tesoro a preservar en el preámbulo de  la Ley Foral del Euskera, y que se debe evitar su deterioro o pérdida, y se hace hincapié en su protección y respeto.
Que esto último se debe cumplir especialmente por todas las Instituciones Publicas de Navarra es algo que se debiera dar por entendido, aunque en algunos ámbitos administrativos  no lo demuestran.
Pero fundamentalmente el euskera, es un derecho lingüístico a utilizar por quienes lo conocen, y a garantizar su aprendizaje como  se reconoce en el artículo 2 de las disposiciones generales de la Ley Foro del Euskera:
“El castellano y el euskera son lenguas propias de Navarra y, en consecuencia, todos los ciudadanos tienen derecho a conocerlas y a usarlas.”

Reiteradamente, a pesar de los avances y cambios sociales que han ido modificando, contra viento y marea la situación de minorización sufrida por el euskera y sus hablantes, nos encontramos con actuaciones restrictivas que corresponde a un espíritu obstaculizador del reconocimiento de los derechos antes mencionados.
He aquí algunos de los más recientes:
La reducción del número de escuelas infantiles en euskera en Pamplona proponiendo un horizonte donde se reducen las mismas a sólo dos de un número actual de 12 y con un número de plazas inferior  a las existentes hace 5 años. No parece haber un respeto a lo propugnado en  el párrafo inicial de esta carta.
 En el tema de la enseñanza, hace unos pocos años se elimino la restricción a la enseñanza en euskera  en la denominada zona no vascófona  pero se introducen concepto que se contradicen entre sí, dado que estamos hablando de localidades, muchas veces de ámbito mediano o pequeño que no pueden cumplir los ritos que se ponen, y se elimina el factor de flexibilidad, como  parece que puede ocurrir en Mendigorria y que también ha servido de freno en otras localidades.
Si hablamos que se introducirá el euskera de una forma progresiva, pero ponemos un ratio al que no se llega por unos pocos alumnos, se elimina esa progresividad o gradualidad, cuando hay datos que indican que en un plazo de dos cursos se supera esa condición. 
No parece indicar esa rigidez  un animo de respeto y protección de los derechos de quienes lo demandan para sus hijos e hijas, y la misma  contradice lo que es  el enunciado principal “1. La incorporación del euskera a la enseñanza se llevará a cabo de forma gradual, progresiva y suficiente, mediante la creación, en los centros públicos existentes, de líneas en las que se imparta enseñanza en euskera en función de la demanda.” Art. 24 de la LFE.
Y al mismo tiempo que en otras ocasiones se nos mencionan voluntariedades, no imposiciones  y demás,  encontramos el reciente veto a la Comunidad Educativa del  Colegio Publico de Castejón sobre su salida del Sistema PAI, que contaba con la aprobación expresa del Claustro y el Consejo Escolar del que forman parte tanto una representación del profesorado como de las familias y de la administración.  O sea que si la Administración quiere puede flexibilizar o imponer  sus  propias normas, en un sentido y en otro. En  el caso del euskera, parece que siempre en el mismo.
En otros terrenos educativos, siguen existiendo los obstáculos para impartir Enseñanza Laboral  en euskera,  incluso en la Sakana. En el  universitario el único grado que se puede desarrollar íntegramente en euskera en la UPNA  es Magisterio, no habiéndose ampliado ni siquiera a Enfermería donde un estudio realizado en 2018 demostró  la demanda  y posibilidad  real dado el número de estudiantes conocedores del euskera, y habiéndose aprobado por el Parlamento el 15  de febrero del 2018 el siguiente acuerdo 
“Se insta al Gobierno de Navarra y a la UPNA a dar los pasos necesarios para ofertar en euskera todos los estudios que tengan demanda”.

 En este terreno no han dado ningún paso ninguno de los dos estamentos mencionado. Asímismo es patente el escaso aumento de los créditos y grados en euskera cuando el 30,75% del alumnado lo habla o lo entiende. No hay reconocimiento del derecho y las posibilidades de avanzar con el euskera en la UPNA.
Han resurgido también posturas restrictivas  y euskaráfobas contra el euskera por parte de diferentes sectores en la financiación de los medios de comunicación en euskera, también reconocidos como medios a potenciar, tanto por la Ley Foral del Euskera como por el Consejo Europeo de las Lengua, e incluso contra expresiones artísticas sometidas a censura.
Tampoco en todos los ayuntamientos, se toman las medidas que podrían influir en un aumento de la demanda del euskera, porque muchas veces la misma depende de la oferta, caso de escuekas infantiles, publicidad bilingüe y supresión de las mugas o fronteras, no sólo geográficas, sino mentales  con una disposición más abierta al reconocimiento de un riqueza cultural, objeto de protección real y un derecho a respetar y fomenta  realmente. Ni más, ni menos.
Afortunadamente existe una sociedad más plural, mar abierta, más integradora, que a pesar de estas actitudes y campañas mantiene una postura de respeto y apoyo a  nuestra vieja y moderna Lengua Navarrorum, y al derecho a aprenderlo y usarlo como lengua viva que es. Todos tenemos una cita en Pamplona  este sábado a las cinco de la tarde en la manifestación que denunciará esas situaciones expuestas, porque el euskera es un derecho. Ni más, ni menos.

Juan Javier Iturralde Maisterra (Iruñea)

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