domingo, 4 de marzo de 2018

QUEREMOS SEGUIR SIENDO LOS PRIMEROS

Conozco a muchas y muchos profesionales de la medicina que militan en diferentes partidos y sindicatos y que están escandalizados por las constantes descalificaciones que de su trabajo se hace un día sí y otro también en el Parlamento de Navarra.

Creánme que son personas preparadas, entregadas, abnegadas, altruistas, ilusionadas, comprometidas, responsables, éticas, estudiosas, exigentes, innovadoras, detrayendo horas de su ocio y de la familia, todo ello para mejorar la salud de sus pacientes.

Profesionales que se sienten instalados en un terreno casi sagrado. Luchar por la vida. Ayudar a nacer. Ayudar a la fertilidad de una pareja. Luchar por sacar adelante un neonato de 600 gramos. Poner en marcha un corazón parado. Colocar un órgano nuevo y que funcione. Descifrar análisis, imágenes y preparaciones en microscopio. Llevar con urgencia a un centro de asistencia a un accidentado aún a riesgo de su propia vida.

Investigar para intentar prolongar con claridad, aunque solo sea por poco tiempo,  la vida de alguien. Estudiar mucho. Ayudar a bien morir. Confortar. Acompañar. Compartir la vida y el dolor. Sonreír. Llorar a veces.

Una carrera muy larga, la de las y los médicos, con esfuerzo y compromiso constantes. Una enfermería que es el pilar humano cercano de los pacientes. Auxiliadores, celadores, administrativos, personal de mantenimiento y cocina. Gerentes y directivos. Todos y todas con un objetivo e ilusión comunes.

¿Por qué digo todo esto? Porque con frecuencia ofenden a todos los profesionales de la salud de Navarra. Porque llevan mucho tiempo descalificando los logros de la sanidad navarra. Y los logros y los fracasos son imputables a todos nosotros. Somos los actores que ejecutamos esta obra difícil, pero apasionante que es crear salud.

Porque con el propósito -legítimo- de controlar la labor del gobierno lo han convertido en abyecto y todos sus argumentarios consisten en descalificar el sistema, la negación de nuestros logros, la mentira, el desprecio a nuestro trabajo. Tienen malos, desleales e interesados consejeros en la sombra.
Y para sus oscuros intereses utilizan los enfermos con cáncer -como ya se hizo con los trasplantados de médula en septiembre de 2017-, inyectando desconfianza en los profesionales hematólogos. Y ahora utilizan el fallecimiento de un paciente por legionella para arremeter contra el Departamento de Salud. Nada importa el dolor de su familia aireando el caso.

En 2001 fallecieron seis personas como consecuencia de un brote de legionella en el Hospital Virgen del Camino. Y en 2002 un problema en las torres de refrigeración de un edificio público afectó de legionella a 16 personas. Todos ellos durante gobiernos de UPN. Desgraciadamente estos brotes son cíclicos en las torres de refrigeración y conducciones de agua de grandes edificios. En aquellos episodios la actuación de los actores políticos y sociales fue radicalmente diferente al histriónico comportamiento con el que ha actuado en este caso algún miembro del Parlamento.

En el desgraciado caso del Hospital de Tudela se ha investigado y detectado el origen con extraordinaria celeridad y asunción de responsabilidad.

Todos los indicadores de funcionamiento de nuestro sistema sanitario navarro presentan una clara mejoría y una tendencia a consolidar estos buenos resultados. El presupuesto del Departamento de Salud es de 1.059 millones de euros. 1.646 por cada navarro al año. Y todo esto soportando el lastre que dejó UPN que de 635 millones de euros de endeudamiento de la sociedad navarra en 2007, pasó a 2.845 en 2015. A pesar de este enorme agujero, este gobierno incrementa el gasto en salud de manera muy importante.

Debemos valorar el esfuerzo que hacemos entre todas y todos los contribuyentes y ponderar el trabajo del colectivo sanitario.

Aquellos que predican, vociferan y aúllan contra los logros de nuestro excelente sistema de salud e intentan que desconfiemos de él.....¿No estarán intentando dinamitarlo para suplantarlo por otro rentable para otros intereses?

Yo deseo las personas más preparadas para dirigir la cosa pública. Desconozco el currículum académico de los portavoces en temas de salud de la oposición. Pero conozco perfectamente el del consejero Fernando Domínguez, con el que he trabajado 30 años. Y, entre otros logros, fue el que junto a la doctora Nieves Ascunce, el fallecido Mikel Larumbe y yo mismo- puso en marcha en Navarra el programa de detección precoz de cáncer de mama (pionero en todo el estado) y que a tantas mujeres ha salvado de la muerte. Posee el grado de doctor en Medicina. Pero, además, durante años ha dirigido la Unidad de Mama del complejo, escrito cientos de artículos/comunicaciones científicas, dirigido tesis doctorales, ha formado a docenas de médicos residentes, organizado cursos y dirigido un congreso nacional de 1.000 cirujanos aquí en Pamplona. Ha investigado en técnicas quirúrgicas novedosas en el tratamiento del cáncer de mama. Desconozco las aportaciones al bienestar de la salud de la ciudadanía navarra que han implementado otros parlamentarios.

Conozco a personas de gran valía en UPN, PP y PSN, que a buen seguro, estarán avergonzadas por las algaradas, insultos, descalificaciones y sinsentidos que dirigen al consejero de Salud. Y tienen gran preocupación porque estas actitudes producen temor a las personas enfermas y desconfianza en la ciudadanía hacia nuestro sistema sanitario que entre todas y todos hemos conseguido que sea uno de los mejores del mundo.

Miguel Aizcorbe Garralda, cirujano, doctor en Medicina y Cirugía y concejal de Geroa Bai (en Diario de Navarra)

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