El colectivo Basoberri nació con vocación de mantener los ecosistemas forestales cercanos. En el mismo participamos personas voluntarias cuya labor consiste en promover la colaboración ciudadana en la tarea de mitigar el Cambio Climático, aumentando el número de árboles y arbustos en cualquier localidad de Navarra. Para ello, además del trabajo colectivo del grupo, nos gustaría contar con la colaboración de las instituciones.
Comenzamos en el año 2017 respondiendo a una convocatoria del Ayuntamiento de Pamplona, para colaborar en una siembra en el monte Ezkaba a través del voluntariado. La participación fue tan grande que un grupo de personas decidimos iniciar este proyecto Basoberri de forma estable.
Desde entonces, además de participar en otras convocatorias semejantes, nos dedicamos a recolectar semillas o a producir plantas y llevarlas a la naturaleza, como forma personal, familiar y colectiva de poner nuestro granito de arena en mejorar las cosas, en este caso en el ámbito de lo forestal y de la biodiversidad.
Como el resto de los organismos sociales, nuestro trabajo durante la pandemia se redujo, sobre todo en cuanto a participación del voluntariado, aun con todo y a nivel del grupo, hemos seguido haciendo salidas a los bosques cercanos para recoger semillas, principalmente de encina, coscoja y roble, que posteriormente las hemos sembrado y plantado. También recogemos plantas jóvenes que no tiene futuro por su emplazamiento.
En esta campaña que va de noviembre a marzo, hemos sembrado alrededor de 1000 bellotas y plantado unos 800 ejemplares, que teniendo en cuenta las circunstancias no está mal. Los lugares elegidos han sido en montes Ezkaba, cerca del polígono Areta, Ilunbeta, entornos de Artieda, Beortegui, Elkarte, Eransus, Idozin, Lerín, Larraga, Zizur Mayor…
El próximo año esperamos aumentar, tanto la participación como el número de bellotas sembradas y plantadas. Ahora en nuestros domicilios están creciendo las bellotas que el próximo año llevaremos a su emplazamiento. Esta labor se vería multiplicada si la administración nos proporcionara un lugar adecuado para instalar un semillero. No pedimos tanto…
Nos encontramos en un momento peligroso de Emergencia Climática, a la que nuestros políticos hacen oídos sordos y es por ello que animamos a la ciudadanía a que dé pasos adelante en la tarea de voluntariado para reforestar el entorno. Esta tarea que hacemos, le correspondería hacer al Gobierno y no lo hace, por tanto no nos queda otra a la ciudadanía que ponernos manos a la obra.
Sabemos que los árboles y arbustos, además de frenar la desertización, combaten el cambio climático y la contaminación, limpian el aire, nos proporcionan oxígeno, ahorran y acumulan agua, proporcionan madera, alimentos y hábitat a muchos seres vivos, refrescan el entorno, curan y sanan…
No estamos seguros de que nuestra labor frene lo que nos viene encima, pero sí que podemos ser un ejemplo para intentar frenar lo que nos anuncian la comunidad científica, de que 2030 es la fecha límite de la humanidad para evitar una catástrofe global.
Juan del Barrio (Miembro de Basoberri)
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