martes, 26 de diciembre de 2017

NAFARROA ARREGLA SUS CUENTAS CON UN "GORDO" DE 215 MILLONES

Nafarroa y Madrid por fin han echado cuentas. Pero los papeles que se rubrican de forma oficial hoy deberían haberse firmado a mediados de 2014. La fórmula mediante la que se calcula cuánto paga Nafarroa al Estado se renueva cada cinco años (de ahí que se le conozca como el Quinquenio). Actualmente, Nafarroa se encuentra en el Quinquenio 2015-2019. Sin embargo, la incapacidad de UPN para actualizar esta fórmula obligó a estirar los cálculos del Quinquenio 2010-2014 durante dos años más. Hoy se cierra una nueva fórmula para determinar esta cantidad que resulta significativamente favorable para Nafarroa. A través de ese acuerdo, Madrid también reconoce oficialmente que Nafarroa ha pagado de más durante esos dos años, por lo que el Estado tiene que devolver a las arcas forales 215 millones. Aun así, todavía no ha trascendido cómo va a llegar ese dinero a Nafarroa; si mediante una inyección económica o como reducción de lo que Nafarroa debe aportar en sucesivos ejercicios.
El éxito del acuerdo se lo anota el consejero Mikel Aranburu, que ha dirigido en persona las negociaciones. Aranburu se distingue de sus predecesores en que proviene de la propia Hacienda Foral, a diferencia de lo que ocurría durante la etapa de UPN, cuando se elegía a personas del mundo de la empresa como Francisco Iribarren o la propia Lourdes Goicoechea. Consecuentemente al perfil de Aranburu, la mejora en el acuerdo se debe a ajustes de carácter técnico. El mejor ejemplo de esto es lo sucedido con el impuesto de hidrocarburos, donde se han dejado de utilizar aproximaciones. Desde el año 2013 ya era posible manejar datos de consumo reales, pero no se introdujeron en el cálculo. Y la diferencia es enorme. Si en 2017 se hubiera funcionado con la aproximación, Nafarroa debería pagar ahora al Estado 6 millones de euros por el impuesto de hidrocarburos. Ahora, con los datos reales, será Madrid la que tenga que abonar a Nafarroa 69,5 millones (un desvío de 75,5 favorable a Madrid en un único año). Para hacerse una idea estimada sobre la importancia de las cifras, conviene recordar que Nafarroa manejará para 2018 un presupuesto de 4.168 millones, por lo que aproximadamente 40 millones suponen un 1%. La devolución de 215 millones supone un aumento de la capacidad de gasto superior, por tanto, al 5%.
Este error en el impuesto de hidrocarburos –equivalente casi al 2% de todo el Presupuesto navarro– resulta además significativo en tanto que pudo haberse subsanado también en 2013 y 2014, unos ejercicios que, al pertenecer al Quinquenio anterior, no entran dentro de la regularización. Es decir, lo pagado de más por Nafarroa al Estado ya no será devuelto. Y es que, más allá de que la devolución de 215 millones suponga una alegría para las arcas forales, hay que tener en cuenta que se trata de dinero que se pagó en su día indebidamente y que, además, Nafarroa pudo necesitar tanto o más que ahora.
El catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la UPNA Fernando de la Hucha incide en la importancia de ese cuándo: «Evidentemente, durante la crisis la Hacienda Foral pasó momentos más duros que en la actualidad y ese dinero hubiera supuesto una diferencia importante». En este punto, cabe remarcar que el Gobierno navarro estuvo endeudándose durante toda esa etapa y que, en consecuencia, lo que pagó de más al Estado tuvo que suplirlo con deuda y sus correspondientes intereses. Y además, que cuando Barcina agotó el límite de déficit que le permitía Madrid, la falta de fondos generó recortes en servicios básicos. 
Técnicamente, lo que se ha hecho en esta negociación es determinar cuál es la cifra del «año base». Así, se calculó que en 2015 Nafarroa debió pagar 479,9 millones y que, sin embargo, abonó 112 millones de más debido a la prórroga del convenio. Pero la tesis de que hubo un sobrepago durante la etapa de UPN y que este no se va a recuperar la apuntalan otros números. Concretamente, si se va a la cifra del año base del anterior Quinquenio (la de 2010), esta asciende a 485 millones y resulta superior a la que se firma hoy para 2015 pese a la inflación.

Un informe clave en la negociación
Fernando de la Hucha sostiene que Aranburu debió empezar unas negociaciones desde cero, ya que el anterior Gobierno dejó «todo sin cerrar y totalmente abandonado». Esa negociación arrancó con un informe elaborado por técnicos de Hacienda, en el que se concluía que Nafarroa pagaba de más entre 100 y 250 millones de euros cada año. Y los técnicos del Estado se avinieron a entrar en ese escenario relativamente pronto. El optimismo por parte del Gobierno era evidente antes del verano y en setiembre ya se daba por segura la firma que, finalmente, se postergó sin que se haya sabido bien por qué, aunque la tensión en Catalunya seguramente influyó.
Círculos cercanos al propio consejero señalaban dos ideas que hacían sentirse fuerte a Aranburu. La primera es que los técnicos de la Hacienda Foral aventajaban en conocimientos a los madrileños: «Los nuestros se dedican al cien por cien a estudiar las cuentas navarras y los suyos son los mismos para todas las comunidades». La segunda idea es que lo que Nafarroa iba a negociar eran 200 millones, una cantidad ínfima si se compara con las necesidades de miles de millones que tienen otros territorios del Estado, como el País Valencià, cuyo consejero de Hacienda, Vicent Soler, ha dicho ya públicamente que es incapaz de pagar la deuda. 
No obstante, reconducir las cuentas públicas de Nafarroa no ha resultado nada fácil. Aranburu cogió las riendas de la Hacienda Pública en un momento crítico, con el escándalo del IVA de Volkswagen aún coleando y con Barcina viajando a Madrid a pedir adelantos de la liquidación debido al agujero en la Tesorería pública. En la entrevista concedida a GARA apenas unas semanas después de asumir el cargo en 2015, Aranburu se fijaba como reto acabar con esa incertidumbre: «No puede continuar eso de tener que ir a Madrid cada dos por tres para decirles ‘dame más’. Eso ha acabado molestando también al Gobierno del PP. A corto plazo, una negociación tan seria no se va a abrir, pero tenemos cuatro años. Ojalá podamos cerrarlo y dejarlo bien. Sería un gran favor para los navarros a futuro». El consejero también hablaba entonces de «limpiar la imagen» de la Hacienda Foral y atajar la «chapuza» del IVA de la multinacional automovilística.
La actualización de la base del Quinquenio supone un hito importante, como también lo ha sido la necesaria reforma fiscal para aumentar la recaudación (ya que la última reforma fiscal llevó a números rojos el remanente de tesorería, según denunció en su día la Cámara de Comptos). Ahora, sin embargo, se abre un desafío algo más complejo, como es la renovación del Convenio Económico como tal, que va un paso más allá de las fórmulas.
Al respecto, el catedrático De la Hucha se muestra bastante optimista. «Navarra siempre ha ido a rebufo de lo que negociaban los vascos. Salvo en algún impuesto menor, el Convenio es un calco del Concierto. Aunque la capacidad tributaria de Nafarroa es superior, porque compete al Gobierno navarro y no a las diputaciones, nunca la ha explotado. Por eso mismo, no tendría demasiado sentido que, siendo tan similares, lo que se conceda a uno no se le ofrezca al otro», dice.

Aritz Intxusta, en GARA

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