martes, 9 de agosto de 2011

ENTREVISTA CON FLORENT MARCELLESI, INTEGRANTE DE EQUO EN EUSKADI

¿Qué es Equo y cómo se ha gestado?

Equo nace del impulso de varias personas reconocidas en el movimiento ecologista y social, como Juan López de Uralde, exdirector de Greenpeace; Alejandro Sánchez, exdirector de Seo-Birdlife; y otras personas como Reyes Montiel, de Izquierda Unida de Madrid. La idea era defender la ecología política y la equidad social, las dos patas más importantes de Equo, que significa eso precisamente: ecología y equidad. Primero fue una fundación en torno a esas personas, y luego se unió con el movimiento verde en España. De ahí surgió el manifiesto del 4 de junio, la culminación de esta fase de confluencia entre la fundación y partidos verdes

Usted forma parte de la Comisión Promotora que organizará la Asamblea constituyente de Equo, el próximo octubre. ¿Cómo recogerán las demandas del 15-M que defienden en sus escritos?

Está clarísimo que Equo nace en la misma ola que el 15-M. Nosotros no hemos hecho el 15-M y el 15-M no ha hecho a Equo, pero estamos en el mismo momento histórico. Venimos de reclamar democracia real y por eso estamos diciendo que necesitamos una regeneración social y política, éste es el sentido de Equo. No vamos a dejar que los otros lo hagan y lo hagan mal. Ahora mismo estamos gobernados por partidos que no representan a la mayor parte de la población, y nosotros no somos un partido al uso, en busca de votantes, somos votantes en busca de un nuevo partido.

¿Cómo pueden evitar que les acuse de tratar de instrumentalizar al movimiento, como ha ocurrido con IU?

Mirando las fechas de la creación de Equo se ve claramente que no es así. Otra cosa sería crear Equo justo después del 15-M, como Izquierda Unida Abierta, que quiere recuperar el espíritu del 15-M después del 15-M. Equo nace antes, justamente porque estamos en los mismos ejes, y al llegar antes tenemos la tranquilidad de que pensamos lo mismo.

Ya se presentaron como Berdeak en las municipales y forales. ¿Cómo valoran el resultado obtenido?

Por un lado de forma positiva, porque hemos mejorado el resultado, pero también de forma muy consciente. Sabemos que necesitamos dar un salto cualitativo, está bien pasar del 0,7% al 1,1%, por ejemplo en Bilbao, pero vemos que hay que llegar a tener representación pública en las diputaciones, ayuntamientos, y en 2013 en las autonómicas, y también a nivel estatal. Es el momento de ir un poco más allá en el movimiento verde, que es la raíz de todo lo que estamos haciendo, de tener representación real en las instituciones.

Se presentan en un momento en el que la izquierda vasca está muy atomizada, ¿se consideran parte de ese espectro político?

Superamos estos ejes de la política estatal y vasca. Por un lado el típico eje nacionalista-no nacionalista, porque tenemos a gente de diferentes sensibilidades, y también superamos el eje de izquierdas y derechas porque hay gente que sin etiquetarse piensa que tiene que luchar por la equidad social, por la ecología social, por los derechos humanos y por la regeneración democrática.

Apuestan por sacar de la agenda la construcción nacional. ¿Existe una masa social suficiente en Euskadi para sostener un discurso en el que no entre el problema?

Lo que hacemos es recordar que tenemos tres pilares en este aspecto: defendemos la diversidad sociocultural y lingüística, pensamos que tenemos que superar el estado-nación, que no da las respuestas correctas a las crisis ecológicas, por ejemplo, que no tienen fronteras; y también defendemos un concepto de ciudadanía universal basado en la residencia, no en la nacionalidad. Con estos pilares podemos estar dentro de ese debate sin caer en la tentación de defender la construcción nacional de España o Euskal Herria.

¿Por que no funcionó la coalición de hace una década con EB? ¿Por qué este partido sigue utilizando su nombre?

Fue una federación, más que una coalición, entre 1994 y 1999, y nos salimos por dos razones; por el Pacto de Lizarra, que no respondía a nuestro planteamiento de superación del estado-nación, y por otra parte las formas de hacer dentro del partido. Nosotros apostábamos por la horizontalidad y eso no ocurría en Ezker Batua, ahora lo estamos viendo. La izquierda transformadora debe regenerarse ahora. Y en cuanto al nombre, en euskera Berdeak es un adjetivo, y según el Tribunal Constitucional, cualquier palabra así puede ser utilizada por cualquier partido.

Usted ha sido uno de los principales promotores en el Estado de la ecología política. ¿Cómo explicaría la vinculación de estos dos conceptos a quienes creen que los partidos ecologistas limitan su acción a la defensa del medio ambiente?

De una forma muy simple. Vivimos en un planeta con recursos finitos. Todo lo que hacemos lo tenemos que enmarcar en la capacidad de carga del planeta, y no podemos superar esta capacidad. Tenemos que buscar cómo conseguir justicia social y ambiental para hoy y para mañana, tanto en el Norte como en el Sur, sin superar nunca los límites que tenemos. Eso es la ecología política, que habla de todo, de lo social, de democracia, de ecología, buscando la equidad entre todos.

¿Cómo valora la manera en la que los grandes partidos han incorporado la ecología a sus programas electorales y de Gobierno? ¿Ve sinceridad? ¿Y efectividad?

Claramente los partidos establecidos, los más grandes, no lo han incluido. Introducen párrafos de forma muy sectorial, pero solamente para poner un poco de verde a la fachada. En Euskadi defienden las grandes infraestructuras que son el símbolo del desarrollismo, el TAV, el superpuerto de Pasaia, las autopistas, y a nivel estatal está el tema de Garoña y la renuncia del PSOE a muchas de las promesas políticas que hicieron en 2004 en ese sentido.

¿Qué piensa cuando oye a PSE y PP invitando al PNV a conformar un bloque frente a Bildu para garantizar el desarrollo del TAV o el del puerto de Pasaia?

No sé si es un pacto antiBildu o un pacto desarrollista, porque al final los intereses de PSE, PP y PNV son llevar adelante estas obras, más allá del eje nacionalista o no nacionalista, no es eso lo que está en juego, sino la economía basada en el crecimiento. Otra cosa es saber si la apuesta de Bildu es sincera por todos esos temas, esperamos que sí, aunque tenemos malas experiencias como el puerto de Mutriku, que no fue una apuesta del PNV sino de Batasuna.

Noticias de Gipuzkoa

No hay comentarios: