Estados Unidos cumplió el martes su amenaza de retirarse del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, a la vez que calificó a este organismo como una «cloaca» de prejuicios políticos contra Israel por los informes que ha emitido sobre el trato a la población palestina y se quejó de que no formule las denuncias que Washington desea contra Venezuela o Cuba. La decisión fue aplaudida por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
La embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Nikki Haley y el secretario de Estado, Mike Pompeo, anunciaron la retirada del país del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en otra muestra de rechazo a la diplomacia multilateral que sigue al abandono del pacto climático de París, la Unesco o el acuerdo nuclear con Irán.
Para Haley y Pompeo este organismo «ha sido un protector de los violadores de los derechos humanos y una cloaca de prejuicios políticos».
El anuncio tiene lugar al día siguiente de que el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra'ad al-Hussein, estimara inadmisible la política del Gobierno de EEUU de separar a niños inmigrantes de sus padres en la frontera.
El Consejo de Derechos Humanos, formado por 47 países escogidos por mayoría absoluta en la Asamblea General, ya fue en su día boicoteado por el presidente George W. Bush.
Muchos de sus informes han irritado a Washington, sobre todo los que han venido denunciando el trato de Israel hacia los palestinos en los territorios ocupados. Además, EEUU reclamaba que se emitieran denuncias contra Venezuela y Cuba que no eran consideradas.
Precisamente, Pompeo justificó la decisión a la vez que defendía los abusos de Israel. «El sesgo continuo y bien documenta- do del Consejo contra Israel es desmesurado. Desde su creación, el Consejo adoptó más resoluciones condenando a Israel que al resto del mundo en su conjunto», afirmó.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, saludó la medida de su aliado y calificó al Consejo como «una organización hostil, antiisraelí y tendenciosa que ha traicionado su misión de proteger los derechos humanos». Haley, quien advirtió hace un año de que Washington cumpliría su amenaza de abandonar el Consejo si no se hacían reformas, usó un lenguaje aún más duro. «Damos este paso porque nuestro compromiso no nos permite seguir siendo parte de una organización hipócrita y centrada en sí misma que hace una burla de los derechos humanos», afirmó. Israel es el único país que tiene un tema específico en la agenda de las tres sesiones anuales del Consejo para analizar la actuación del ocupante sobre los palestinos. El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que «habría preferido que EEUU permaneciese» en el Consejo.
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