Un grupo de familiares y compañeros de Alberto Asurmendi y Jokin Artajo rindió ayer homenaje, en la calle Mercaderes, a los dos miembros de EGI (juventudes del PNV) que perdieron la vida el 6 de abril de 1969 tras la explosión de un artefacto que manipulaban para atentar contra algún monumento franquista.
El acto, organizado por Eusko Bazterra, asociación de la que Asurmendi y Artajo eran miembros, reunió a un grupo de alrededor de 20 personas, que no pudieron ser más debido a la prohibición de la Delegación del Gobierno de celebrar el homenaje. “Nos hemos tenido que adaptar a lo que nos han permitido. Teníamos en mente hacer un homenaje en la calle pero en vista de la prohibición, tuvimos que cambiar un poco los planes”, apuntó María Luisa Mangado, de Eusko Bazterra, que subrayó que cancelar el homenaje no fue una opción en ningún momento: “Creemos que es necesario”. Sobre la prohibición del Gobierno, Mangado añadió que “estamos en una encrucijada que hay que cambiar porque hoy en día tildan de terrorismo todo lo que no sea su terrorismo”.
Durante la concentración se procedió a la lectura de un manifiesto en castellano y en euskera que apeló a la recuperación de la memoria y al recuerdo de la gente que, como Jokin y Alberto, lucharon contra el fascismo: “Los intentos de silenciamiento y represión mediante sucesivas prohibiciones serán revertidos, a pesar del muro defensivo y de impunidad que representan la Ley de Amnistía de 1997 y la Ley de Memoria Histórica de 2007 para los implicados en el régimen franquista”.
Mangado quiso recalcar que Artajo y Asurmendi fueron dos “luchadores que murieron contra una dictadura y a favor de nuestro pueblo” y que “no fueron terroristas, sino todo lo contrario”. En este sentido, detalló que el explosivo que los dos miembros de EGI manipulaban en el momento de su explosión, iba destinado a destruir simbología franquista y que “no había en ningún momento un delito contra las personas”.
Sobre la celebración de un día como el de ayer, Mangado agregó que para los miembros de Eusko Bazterra es “triste” pero al mismo tiempo, es “un honor”, porque la asociación, “en aquellos tiempos de tanta sequía ideológica, fue la llama que iluminó el abertzalismo y el vasquismo”.
El recuerdo de los dos antifascistas ha sido organizado durante décadas por Ahaztuak 1936-1977, una asociación a la que los convocantes quisieron “agradecer todo el esfuerzo” realizado. Desde Eusko Bazterra señalaron su intención de trasladar el asunto a las instituciones: “Tenemos previsto ponernos en contacto con el Instituto de la Memoria, del Gobierno de Navarra”. Sobre el Ayuntamiento de Iruña, declararon que no les solicitaron su asistencia porque ”a la vista de la prohibición, no queríamos poner en un compromiso a nadie”.
Cristina Jiménez e Iñaki Porto, en Diario de Noticias
No hay comentarios:
Publicar un comentario