¿Existe una expresión más fascista que “fuerza y fe”? El grito fanático de la oposición venezolana significa el ejercicio brutal de la fuerza que han hecho en las calles y su inspiración fundamentalista religiosa, que se manifiesta en su habitual practica de quemar vivos en las calles a jóvenes bajo la acusación de ser chavistas: Desde la edad media hasta el siglo XX ¿Hay práctica más propia de las fuerzas ultraderechistas que quemar vivos a otros seres humanos?
La oposición venezolana representa a las minorías políticas y económicas que mantuvieron durante más de un siglo a la mayor parte de la población de Venezuela en condiciones de pobreza, usufructuaron para sí la renta petrolera, entregaron la soberanía nacional a los intereses norteamericanos, reprimieron brutalmente, nunca evitaron que la economía venezolana se hiciera dependiente del extractivismo petrolero y hoy se presentan como demócratas salvadores.
Si Cuba no ha podido romper la dependencia del monocultivo azucarero, aun cuando ha avanzado en ello no obstante el embargo, Venezuela difícilmente podría romper en poco tiempo su dependencia petrolera; se requiere un análisis crítico sobre si el chavismo hizo todo lo posible por reducir la esclavitud de la economía venezolana a la explotación petrolera.
La imagen de Tintori y Leopoldo sintetiza bien a las élites oligárquicas venezolanas. Más que haber perdido parte de su riqueza; distribuida por el chavismo entre la población históricamente excluida, lo que les resulta inaceptable, lo más hiriente, lo que se cobran con sangre de chavista en las calles, lo que les hace hervir las venas y derramar espuma por la boca, es que un chofer de bus iletrado como Maduro sea Presidente y ellos vean frustrado su destino manifiesto de poder, porque Leopoldo y Tintori sienten que tienen derecho divino a gobernar, que sólo por su casta tienen derecho dirigir el destino del pueblo venezolano.
Con el apoyo de los medios de comunicación internacionales el voto, la situación y las ideas de los chavistas no cuentan y son presentados siempre como funcionarios públicos pagados por el “régimen”, como gente incapaz de decidir por sí misma. Se trata de una práctica muy común en Colombia, donde históricamente toda voz crítica de las ideas e interese hegemónicos ha sido y es asociada a la guerrilla y con ello se justifica su exterminio.
La matriz de información internacional creada por medios empresariales como RCN, CNN, NTN24, FOX NEWS e instituciones políticas como HRW, OEA, el Departamento de Estado o la Unión Europea, obedece a un libreto ya conocido. En primer lugar se deslegitima un gobierno calificandolo como “régimen” o “dictadura”, se exagera, miente y distorsiona sobre la vida en ese país, con ello se justifica y se demanda una intervención militar internacional que encubre verdaderos intereses económicos que persiguen las potencias.
Es lo que ocurrió en Irak con las armas de destrucción masiva que nunca aparecieron y que encubrió el robo del petróleo Iraquí por las compañías petroleras norteamericanas; en Siria, para debilitar al gobierno pro-ruso de Al Asad; y en Libia para impedir que Gadafi pusiera la explotación petrolera de ese país en manos de empresas chinas.
Desde el 11 de septiembre de 2001, una dictadura es todo gobierno de un país con enormes riquezas naturales que no sea servil a los intereses norteamericanos. Los problemas de Venezuela no se resuelven renunciado a la soberanía, porque las intervenciones externas que instiga y reclama la oposición pueden convertir a ese país en otra Siria, Libia o Irak.
Mientras en México la barbarie es norma general, en Colombia se asesina un líder social diario, en Perú se reprime la protesta contra la minería, en Brasil ocurre un golpe de Estado, en Argentina se empobrece cada vez más a los trabajadores, los medios de comunicación apuntan sus micrófonos y cámaras sobre Venezuela.
El caso más reciente y similar al de Venezuela, en la innovadora estrategia de desestabilización internacional es el de Ucrania y las violentas revueltas del Euromaidan en 2014. Grupos de extremistas nacionalistas derrocaron al presidente pro-ruso Viktor Yanukovich por negarse a firmar un TLC con la Unión Europea: e implementaron una política de disciplinamiento, homenajeando figuras fascistas de antaño, atacando a ciudadanos de origen ruso en Ucrania y derribando viejos monumentos soviéticos.
Los venezolanos deben tener claro que se encuentran en una encrucijada entre el proyecto revolucionario bolivariano y peligrosas fuerzas fascistas, restauradoras del viejo orden, herederas de la tradición militarista y dictatorial latinoamericana proclive a desaparecer seres humanos, torturarlos, cortarlos con sierras eléctricas y despojar a los más pobres de sus bienes.
En cualquier caso, el gobierno de Maduro no ha desplazado a 6 millones de personas, no ha ejecutado extrajudicialmente a 5 mil civiles y no ha desaparecido a 60 mil personas, todo lo que sí han hecho el Estado y el paramilitarismo colombiano. Los estrechos vínculos entre la oposición venezolana y las fuerzas más oscuras de Colombia, ligadas al narcotráfico, responsables del paramilitarismo y graves violaciones de los derechos humanos (uribismo) deben servir para que los venezolanos desenmascaren y rechacen a esos líderes: López, Capriles, Guevara, Tintori, Machado, Allup, Borges.
La oposición venezolana no utilizó su poder en el parlamento para aportar a resolver los problemas de los venezolanos, sino para obstaculizar al gobierno. La MUD no quiere el bienestar del pueblo, quiere el poder, por eso a los guarimberos “protestan” por la “escasez” pero no les importó quemar 40 toneladas de alimentos, porque la única “escasez” que les preocupa es la de los lujos de los líderes de la oposición.
La Asamblea Nacional Constituyente debe servir no sólo de espacio de profundización de la Revolución Bolivariana, sino como espacio de acogida a las demandas de una parte de la población, para la construcción de paz y para corregir el rumbo del proyecto emancipador. Venezuela no debe seguir el mal ejemplo histórico y violento de Colombia.
Diego Morales (Con la Oreja Roja)
No hay comentarios:
Publicar un comentario