lunes, 14 de noviembre de 2016

EL CULEBRETE NO PUEDE TRATAR LOS RESIDUOS DE GIPUZKOA

El preacuerdo entre la Mancomunidad de Residuos de la Ribera (MRR) y el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK) para tratar 75.000 Tn/año en las instalaciones de “El Culebrete“ ha nacido muerto. Ni administrativa ni técnicamente es posible.
La Autorización Ambiental Integrada (AAI) otorgada por el Gobierno de Navarra, autoriza el funcionamiento de la Planta de “El Culebrete” para una capacidad máxima de tratamiento de la fracción “Resto” de 50.000 Tn/año y una capacidad máxima para el tratamiento de biometanización de 25.000 Tn/año.
Según el balance del año 2015, han entrado en la planta 67.777 Tn de la fracción “Resto” y en el digestor para su biometanización han entrado 31.726 Tn, cifras todas ellas superiores al máximo autorizado.
Con la entrada de 75.000 Tn/año de la fracción “Resto” de Gipuzkoa, pasaríamos a tratar en el año 2017 aproximadamente 143.000 Tn, es decir, casi el triple del máximo autorizado.
De acuerdo con el Decreto Foral 93/2006 por el que se desarrolla el Reglamento de la Ley Foral de Intervención para la Protección Ambiental, nos encontramos ante una modificación sustancial de la actividad lo cual obliga a realizar una nueva Autorización Ambiental Integrada (artículos 24 y 25). Tramitación administrativa larga, especialmente si, como es evidente tras la auditoría realizada por Paymacotas y conocida en 2015, la planta tiene graves problemas de funcionamiento y no se garantiza un cumplimiento adecuado de las condiciones establecidas en la actual AAI, según el Servicio de Calidad Ambiental del Gobierno de Navarra.
Técnicamente es imposible que en las instalaciones actuales puedan tratarse semejantes cantidades de residuos de la fracción resto. La planta de biometanización ha sido diseñada para un máximo de 25.000 Tn/año con un tiempo de residencia de 14 días para cada partida digerida, según nos dijeron en la visita efectuada a Tudela por los miembros de la Comisión de Seguimiento del Plan Integrado de Gestión de Residuos de Navarra. Tiempo de residencia corto y demasiado ajustado para evitar problemas de acidificación. Por eso es sospechoso que en la Auditoría realizada por Paymacotas a solicitud del Consorcio de Residuos de Navarra, detectaran que desaparecía el 38,5% de los biorresiduos, es decir necesitaban tirar directamente gran parte de los residuos directamente al vertedero para que no se les colapsara el digestor.
Por otra parte, el porcentaje de preparación para el reciclado total de la Planta es del 15,96%, suma de 0,4% de ropa, 3,8% de vidrio, 3,76% de envases y 8% de papel, cifra muy alejada de la obligación de reciclar el 50% para el año 2020, de acuerdo al Plan de Residuos de Navarra.
Para el Gobierno de Navarra y su Plan de Residuos 2017-2030 (PRN), aceptar como normal la importación desde Gipuzkoa (o de cualquier otro sitio) de 75.000 Tn/año de residuos de la fracción “Resto” es un contrasentido que puede hundir dicho Plan. Sería igual que aceptar como normal la “no selección” en origen (nuestros domicilios, comercios, etc.) de los residuos; el “no intentar” el 100% de separación de los biorresiduos; el seguir funcionando con una fracción “Resto” gigantesca e insostenible; continuar con la política de grandes y centralizadas instalaciones de tratamiento; enormes gastos en transporte a las mismas boicoteando el principio de proximidad entre generación del residuo y su tratamiento. Sería renegar de los principios de Prevención Reutilización y Reciclaje. Sería igual que favorecer más “Culebretes” y más “incineradoras tipo Zubieta”, todo lo contrario de lo que el PRN propone como principios y objetivos estratégicos para la gestión y el tratamiento de nuestros residuos. 
Es sintomático que GHK y MRR hayan llegado a un preacuerdo como ese. Quizá comparten una concepción obsoleta y nada conforme a las actuales Directivas Europeas sobre residuos. La recogida selectiva de materia orgánica desplegada por la MRR en los años 2014 y 2015 da unos resultados sorprendentes: 105 Tn recogidas selectivamente en 2015, frente a las 16.429 Tn de materia orgánica producidas ese mismo año. Equivalen a un 0.63% del total de los biorresiduos generados. Cifra despreciable si hemos de llegar al “obligatorio” 50% para el año 2020 y un boicot a la sostenibilidad de los recursos.
Si la Mancomunidad de Residuos de la Ribera, el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa, el Gobierno de Navarra y la Diputación de Gipuzkoa quieren colaborar y ayudarse en la solución del problema de los residuos, que lo hagan, pero pensando en medidas acordes con la mejora de la calidad de vida de las respectivas poblaciones, no para favorecer a instituciones que se han enfangado con grandes infraestructuras promovidas por multinacionales y financieras para su beneficio privado. Y que lo hagan cumpliendo a rajatabla las Leyes y Directivas medioambientales y de residuos.  

Compañía de las 3 Erres (Reducir, Reutilizar, Reciclar) 
(En su nombre, Ana Malón, Juan del Barrio y Julen Mendiguren)

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