PEDRO Y PABLO. En la noche electoral, Pedro Sánchez tuvo un lapsus lingüístico. “Desbloquearemos la situación para que haya gobierno”, dijo. Es decir, asumió que desde el 28-A al 10-N había bloqueado la situación. Hemos llegado a un momento en el que los políticos sólo dicen la verdad cuando se equivocan/tienen un lapsus lingüístico. Por otra parte, los políticos tienen ya tantos lapsus –remember mamada–, que igual empiezan a ser los más sinceros de Europa. Sea como sea, el lunes, al día siguiente, varias voces autorizadas del PSOE negaban la posibilidad de un gobierno de coalición y de un gobierno de gran coalición, las únicas dos opciones disponibles en el mercado. Mientras, otras voces autorizadas hablaban en términos tan amplios que tampoco decían nada. Vamos, que diversos packs de voces autorizadas señalaban, con firmeza, el día de la marmota como recorrido. Esta mañana Pedro Vallín, de La Vanguardia, ha soltado la liebre. Habrá gobierno de coalición PSOE-UP. Un titular histórico. Se trata del primer gobierno de coalición desde la Guerra Civil. Se trata de un cambio de cosmovisión inaudito en la ulterior historia del PSOE, que se envaina –al parecer– todo lo dicho y hecho desde la primavera pasada, un extraño ensayo, con catástrofe incluida, de gobernar desde el marco nacionalista. Por primera vez desde los tiempos de Lubitsch, el PSOE gobernará con algo que existe a su izquierda. ¿Qué ha pasado?
PABERNOSMATAO. Al parecer, el bloqueo PSOE a un gobierno desde el 28-A era una idea unilateral de Moncloa/Sánchez/The Sanchettes, y no del entorno/técnicos profesionales monclovitas que, por lo visto, tuvieron que aplicarse a las nuevas circunstancias. La idea original, previa a que Sánchez empezara a experimentar sin gaseosa, era la coalición, ir tirando millas y fabricar las condiciones e ingredientes para un gran cambio en el Estado, en otra legislatura, que anclara la cosa Cat en el Estado. O/y –está la cosa muy malita; esto es, con todas las letras, una crisis de Régimen más allá de Cat; la CE78 existe en muchos de sus tramos como existen algunos matrimonios chungos; por costumbre–, incluso la Esp. Si todo eso quedó bloqueado por una persona, ha sido esa misma persona la que lo ha desbloqueado. Ayer, lunes, al final de la mañana, Pedro llamaba a Pablo. Supongo que llamada de buen rollo/cuelga tú, no tú, no tú, no tú. O, al menos, por la tarde, ya estaban negociando como posesos. Lo que explica lo que es una negociación para un gobierno. Es algo que no sucedió en la primavera-verano pasados. Es algo discreto, de lo que no te enteras. Es algo secreto, de lo que sólo se informa, y mucho, si la cosa no va bien para los interlocutores. En este momento, por ejemplo, ninguno de los teléfonos chachis de los que dispongo me descuelga. Que es lo que pasa cuando los teléfonos entran en órbita gubernamental. Si el perro no es el mejor amigo del hombre, los gobiernos, en fin, menos.
LO QUE HAY. Hoy, PSOE y UP han firmado un papelito. No es mucho. Pero la carta del Bulli también era un cacho de papel, por interpretar. Se trata de unos ejes de actuación. Desordenados, amplios, lo que indica que son reales. Se habla 1) de empleo, pero también de precariedad y dignidad; 2) de corrupción, educación, sanidad, de pensiones sostenibles, de la vivienda como derecho y no como mercancía, de intensificación del I+D, de recuperar universitarios exiliados, de ir chapando casas de apuestas; 3) de cambio climático; un clásico; hasta el PC chino puede hablar de eso; 4) de darle un tute a pymes y autónomos; 5) de potenciación derechos; más bien individuales, diría. De memoria histórica, ese atributo antes que ley con ganas de cambios jurídicos. Se utiliza diversidad y no plurinacionalidad para hablar de la bicha; 6) de potenciar la cultura/CT, glups; 7) de políticas feministas; 8) de llenar la Esp vacía; 10) de justicia fiscal, de reforma fiscal de ampliación de derechos con la ampliación de ingresos. Pero también de control del gasto, nuestro amiguito desde la reforma constitucional exprés. El texto, vamos, contiene las palabras mágicas de la izquierda en Esp. Cada país tiene las suyas. Parecen estar, por otra parte, muy medidas. No se habla de la ley laboral o de la Ley Mordaza. Pero hay palabros que conducen a ellas. O que podrían aplazar ese encuentro. El documento puede ser, por tanto, otro ejemplo dialéctico del pintar en blanco, o un excel que puede llenarse de sentido y abordar, en un grado pequeño o grande, la crisis democrática y del bienestar. Off the record se comenta ya que Iglesias sería vicepresi por el tercio social, como Calviño lo sería por lo contrario/el tercio económico, y que la presencia de ministros/as sería proporcional a los escaños de cada partido. Y luego está, claro, lo del punto 9).
LO QUE DEBE HABER. El punto 9) habla de Cat. Utiliza lenguaje PSOE –“garantizar la convivencia”, “se fortalecerá el Estado de las Autonomías”, “garantizaremos la igualdad de todos los esp”–. Pero también se habla de “diálogo” –UP–, si bien “siempre dentro de la Constitución” –PSOE–, y de “normalización de la vida política” en Cat –es decir, de indultos; o no–. El documento, vamos, no dice nada de Cat. Pero, en su defensa, se debe decir que no se puede decir nada. La situación es tóxica. No hay interlocutores, sino monologuistas. Hasta hace pocas horas, el PSOE era un partido tóxico más al respecto. En ese sentido, el documento no parece tóxico. Deja las cosas donde estaban antes de las elecciones –de abril, que se dice rápido–. A la espera, supongo, de cambios, que pueden ser más o menos próximos. Hoy, por ejemplo, el abogado general del TJUE (Tribunal de Justicia de la Unión Europea) ha difundido un texto, sin carácter vinculante, en el que se habla de conculcación de derechos parlamentarios europeos de algunos de los detenidos. Vamos, que el Estado/TS la ha metido hasta el cuello. Se abre el camino a la percepción de los presos sentenciados como presos políticos. En la tradición Esp, un gobierno no desautoriza al Estado. Pero algo tendrán que hacer. Por otra parte, el pacto PSOE-UP, si tira para adelante, tendrá que recibir la apuesta, o no, de ERC. Que puede consistir en el voto afirmativo, o la abstención, en el Congreso. O puede ser algo más. Erigirse en interlocutor, con una agenda cat propia –novedosa o no–, para lo que tendría que abandonar la política del populismo autoritario en Cat, la propaganda, el verticalismo vertical y disciplinado. Abandonar el Govern, dejarlo caer y, tras unas elecciones cat, optar por un govern tripartito. ERC, PSC, Comuns. Esta última opción, inverosímil hace 24 horas, está tomando cuerpo. Esta tarde, tras el anuncio de un gobierno de coalición, la sesión del Parlament ha contado con una Mesa distinta de por la mañana, cuando jugaba al procesismo y al chicken game. El fin del procesismo, postpolítica fundamentada en psicología de masas antes que en política y derechos, sería algo posible tras un hipotético abandono del pack por parte del mayor partido del compendio.
DECÍAMOS AYER. Por lo demás, siguen los interrogantes que existían en abril. ¿Hay espacio para otra socialdemocracia en un gobierno, o puede ser engullida por el PSOE en un plis-plas? ¿La presencia de UP en el gobierno será en ministerios-florero? ¿Qué margen de cultura del desacuerdo quedará disponible ante grandes temas sociales –los nuevos derechos, las leyes restrictivas de Rajoy...–, y territoriales –Cat–? Si esto es un momento histórico, ¿dónde está el truco? ¿Por qué era imposible? ¿Por qué ha sido tan fácil? Si Vilma –lo que sea que sea Vilma–, ha abierto la puerta a Pedro y Pablo, lo iremos viendo en tiempo real.
Guillem Martínez, en ctxt.es
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