Más de doscientos republicanos navarros fueron acribillados a tiros en octubre de 1936 junto a la Academia Militar de Zaragoza. Pertenecían al Tercio Sanjurjo, una unidad militar creada por los golpistas falangistas y carlistas para defender el Movimiento en los frentes aragoneses y, a la vista de los resultados, nutrirse de republicanos para deshacerse de ellos de la manera más vil: el fusilamiento en masa. Esta gran saca acometida entre los días 2 y 9 de octubre de 1936, justificadas en supuestas intenciones de deserciones, vuelve a salir ahora a la luz con el homenaje oficial que, impulsado por el Gobierno de Navarra, se celebra el próximo sábado 27 de octubre en el cementerio zaragozano de Torrero. A las 12 del mediodía será inaugurado en ese recinto mortuorio un monolito y se rendirá homenaje a los navarros del Tercio asesinados.
El homenaje obedece a un requerimiento del Parlamento de Navarra. Y es que la Junta de Portavoces del Parlamento aprobó en octubre de 2016 una declaración institucional por la que “reconoce a los ciudadanos navarros” alistados en el Tercio de Sanjurjo y fusilados en el Campo San Gregorio (Zaragoza) “como víctimas del golpe militar de 1936, ahora que se cumplen 80 años”. Según asociaciones memorialistas, el número de represaliados de ascendencia navarra llegó hasta los 225.
El primer punto de la declaración, presentada por Geroa Bai, EH Bildu, Podemos, PSN e I-E, en el que se reconoce a estos ciudadanos como víctimas, fue aprobado por unanimidad, mientras que en el segundo punto votaron en contra UPN y PPN. En este segundo apartado, el Parlamento foral, “con el objeto de reparar la memoria de estas personas”, acordó que el Gobierno de Navarra estableciera contactos con el Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de La Rioja para “la instalación de un monumento conmemorativo de homenaje a las víctimas del Tercio de Sanjurjo, que se autodenominaba como un regimiento formado por voluntarios, pero en realidad aunó a una buena cantidad de prisioneros de izquierdas retenidos por el bando nacional que fueron enviados de manera forzosa a luchar al frente”.
¿ALISTARSE PARA SALVARSE? La historia del Tercio de Sanjurjo ha sido investigada principalmente por historiadores del bando perdedor y aún se reivindica que las autoridades militares den luz a lo que realmente ocurrió. El testimonio de un superviviente de esta matanza, Felipe Marín, de Marcilla, recogido en Navarra 1936. De la Esperanza al Terror, en Sin Piedad de Fernando Mikelarena, en una entrevista realizada por Roberto Mendiluce y publicada en Interviú en 1980, entre otros documentos consultados, reseñan que la Bandera o Tercio de Sanjurjo, integrada por 700 hombres, tuvo una vida “corta y desafortunada”.
“El episodio de los asesinados del Tercio de Sanjurjo fue uno de los más crueles y dramáticos en relación con el proceso de eliminación de simpatizantes de izquierda durante los primeros meses de la Guerra Civil y está especialmente vinculado a Navarra por el gran número de navarros afectados”, recogía hace un par de años el Colectivo Cultural Basilio Lacort en un texto colectivo que rubricaban varios historiadores navarros.
La Segunda Bandera de la Legión General Sanjurjo se constituyó el 1 de septiembre de 1936 en homenaje al general José Sanjurjo, muerto en accidente aéreo cuando iba a encabezar la sublevación del 18 de julio (y cuyos restos permanecieron hasta hace unos meses en la cripta del Monumento a los Caídos de Pamplona) con el fin de socorrer el frente de Aragón desde el norte de Zaragoza hasta Ayerbe, donde se libraban violentos combates entre las tropas golpistas y las republicanas.
Fue creado en Zaragoza en agosto de 1936 por el comandante Pedro Peñarredonda Samaniego, oficial retirado desde 1931 y que había combatido como capitán con la legión en Marruecos. Desde los últimos días de agosto las emisoras de radio zaragozanas llamaban a la población masculina a alistarse en dicha unidad. El día que se creó, la prensa local de Zaragoza publicó un llamamiento en el que se incluía explícitamente una proclama a los desafectos, a los que proponía el alistamiento con objeto de “hacer méritos que los rediman de su pasado”.
“Los que os encontráis nutriendo las filas del ejército, los paisanos que por amor a la Patria estáis dispuestos a los mayores sacrificios, los que soñéis con una España grande y próspera, podéis ingresar desde hoy, en la Segunda Bandera de la legión General Sanjurjo, (Palafox) cuya creación se inicia ante el gran número de los que solicitan formar parte de sus filas, acudiendo el banderín de enganche que es establece en el Castillo de la Aljafería, Cuartel del Regimiento de Infantería Aragón, nº 17”, lanzaban las soflamas emitidas desde las emisoras de Zaragoza el 30 de agosto de 1936, recoge Navarra, 1936. De la Esperanza al Terror. Muchos republicanos navarros y aragoneses, que veían así una oportunidad de escapar de las purgas e incluso pasarse a las filas republicanas, se alistaron en la misma. “Al mando estaba el comandante Amado Lóriga que en la jura de bandera del 27 de septiembre les dijo: “Nadie os volverá a preguntar jamás, por vuestras ideas anteriores. Como dice el himno de nuestra legión, cada uno será lo que quiera, nada importa la vida anterior, lo que importa es el futuro que vamos a hacer ahora. ¡Viva la Legión! ¡Viva la Muerte! ¡Viva España!,recogeNavarra, 1936. De la Esperanza al Terror.
En general, se convocó a aquellas personas a reuniones locales en ayuntamientos, Centro de Falange e incluso en los puestos de la Guardia Civil, comunicándoles la creación del citado Tercio e invitando a alistarse para no ser fusilados. Hubo localidades en las que aquellos días se produjeron fusilamientos de vecinos con el fin de amedrentar e incentivar el alistamiento de los simpatizantes de izquierda que permanecían en el pueblo, relata el historiador Fernando Mikelarena.
De 22 pueblos navarros salieron voluntarios forzados para el Tercio de Sanjurjo. “En algunas localidades hubo vecinos que les insultaron y les desearon destinos funestos. Quienes les conducían llevaban listados con anotaciones con calificaciones políticas para cada uno”, relata Mikelarena. El blog de Juanjo Casanova, que ha indagado en archivos militares, actualizó hace un par de años los listados de los integrantes del Tercio en el que más de 300 hombres fueron fusilados, 225 de Navarra.
En 1976, José María Jimeno Jurío y el sartagudés Salvador de Miguel pudieron conocer los pormenores de lo sucedido en una entrevista que mantuvieron con el general Arazuri, que había sido teniente del Tercio, y que fue grabada a escondidas por el primero. También obtuvieron datos del único superviviente de la matanza, el marcillés Esteban Marín Malo, entrevistado en Interviú en 1980.
Relataba Marín que el 1 de septiembre de 1936 les llamaron al centro de Falange de Marcilla y les dijeron “Mirad, aquí os estamos matando cada día a unos cuantos y para evitar esto hemos pensado que os marchéis a la Bandera de la Legión Sanjurjo que se forma en Zaragoza” y ya de camino uno de los mandos le comentó a un alférez carlista “Mira que gentecita llevo a la Legión. Vimos la lista que le enseñó y se leía: fulano de tal, peligroso, revolucionario, rojo, etc. Con este expediente vinimos a la Legión”.
FUSILADOS EN EL 2-9 DE OCTUBRE Llegaron a Zaragoza el 9 de septiembre de 1936. Los miembros de la unidad que habían finalizado su periodo de instrucción fueron enviados a Almudévar el día 29 o el día 30. “A la mañana siguiente, no obstante, antes de entrar siquiera en combate, toda la unidad fue devuelta al campamento de San Gregorio, siendo desarmados y encerrados en diversos barracones muchos de sus integrantes”. Entre el día 2 y el día 9 de octubre se producirían fusilamientos masivos en grupos de 20 personas. Los fusilamientos fueron en el mismo campo de a San Gregorio, a 500 metros de la Academia General Militar, relata el superviviente que logro escapar.
Posteriormente, los cadáveres de los 300-400 muertos fueron cargados en camiones-volquetes y llevados hasta el cementerio de Torrero. Aunque algunos testimonios hablan como causa de tal fusilamiento masivo el descubrimiento de un plan de deserción colectiva, otras fuentes, en cambio, niegan que dicho plan existiera, asegurando que la noticia del conocido como elcomplot de la alpargatafue un pretexto alegado por los mandos, que desconfiaban de los subordinados por los informes que tenían sobre ellos, para dar así un castigo ejemplar, relatan el testigo e historiadores.
Tras todo ello, el Tercio Sanjurjo fue disuelto el 19 de octubre pasando sus efectivos restantes a la 51ª División que luchó en frentes aragoneses. En agosto de 1937 los soldados del Tercio de Sanjurjo pasaron a la XV Bandera de la Legión.
225 NAVARROS DE 22 PUEBLOS Se estima que de los 300-400, fueron asesinados en la matanza del campo San Gregorio 225 navarros pertenecientes a 22 localidades. Su desglose, según los datos de Juanjo Casanova en su blog, es: Ablitas, 2;Andosilla, 16;Arróniz, 2;Cadreita, 6;Cárcar, 18;Carcastillo, 7;Estella, 1;Funes, 4;Lerín, 1;Lodosa, 21;Marcilla, 14;Mélida, 16;Mendavia, 2;Monteagudo, 3;Murillo el Fruto, 12;Olite, 14;Peralta, 1;Pitillas, 13;Sangüesa, 15;Santacara, 4;Sartaguda, 44;Sesma, 2;Tafalla, 2;Ujué, 5.
En febrero de 1979 se exhumaron del cementerio de Torrero 179 cuerpos, 16 riojanos y 163 navarros que pertenecían a los 13 pueblos que lo solicitaron. Los servicios municipales informaban: “Hubo que abrir varias catas a lo largo de 250 metros del andador de la mañana 4, hasta dar con los restos de la bandera Sanjurjo… salían los restos sin féretro y fueron indudablemente identificados por varios objetos personales como tabaqueras, navajas de afeitar, dentaduras y hasta una pierna rota y cosido el hueso con alambre… Es de resaltar que la bandera Sanjurjo no está inscrita en los libros diarios.”
LLEGA EL HOMENAJE Pasados 82 años de la matanza, las instituciones navarras homenajearán a estas víctimas del golpe militar de 1936. Familiares de quienes han vivido todo este tiempo con la incertidumbre del paradero de los suyos participarán en el acto. “Al hermano de mi padre, José Jaso Garde, con 19 años, y a mi suegro, Valentín Nicolay Charral, los llevaron al Tercio de Sanjurjo. Los mataron. A mi padre, Aurelio Jaso y a otro hermano, Andrés Jaso, no vimos más y no hemos podido dar una sepultura digna”, lamenta Aurea Jaso Bergachorena, quien espera poder acudir el próximo sábado a Zaragoza y rendir homenaje a los suyos. “Viví con mi abuela y perdió la cabeza;la pobre recortaba las fotos y se comía con agua los retratos de sus tres hijos asesinados como queriendo recuperarlos. ¡Qué amargura, qué dolor! Emoción, me produce mucha emoción que se les recuerde, es un homenaje bien merecido. Su búsqueda ha sido mi vida. Ellos me dan vida”. Ella irá pero hablará Puri Pérez Jaso, también de Mélida, “que tiene el hermano”.
Arcadio Ibáñez San Juan, de Miranda de Arga, tiene previsto hablar “aunque no se si podré por la emoción”. En su caso, el desaparecido es su padre, Arcadio Ibáñez Sesma, miembro, concejal y candidato a la Diputación de Navarra por el Partido Republicano Radical Socialista. A su padre, que no era del Tercio, lo mataron en Torrero (cárcel), y otros cuatro tíos suyos corrieron la misma suerte. La represión familiar vistió de luto toda su vida a sus ocho tías, “hemos tenido que vivir con ello, siempre buscando, sin encontrarles, para darles la dignidad que merecen”. A Arcadio, como a su mujer Conchita Salinas, les parece “muy bien que se rinda homenaje” a las personas que fueron asesinadas por no secundar el golpe franquista y, aunque confiesa no creer mucho en los políticos, valora la implicación de este Gobierno en recuperar la verdad, justicia y reparación que merecen las personas represaliadas del 36.
Los homenajes dispensados hasta ahora en esta legislatura a maestros y maestros y otros funcionarios;las exhumaciones, la puesta en marcha del Instituto de la Memoria, la legislación para declarar y proteger los lugares de memoria, las escuelas de memoria entre otras acciones que se impulsan para reparar la represión del 36 tienen su marco en la ley pionera que aprobó Navarra. Para Fernando Mikelarena, junto a los merecidos homenajes a las víctimas, hay que hacer un esfuerzo por contextualizar los hechos y desvelar la identidad de sus responsables.
Lola Cabasés, en Diario de Noticias
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