Promover la Ciudad del Transporte le ha costado de momento a las arcas públicas de Navarra unos 82 millones de euros. Una cifra que se explica, en parte, por el modelo de gestión adoptado por UPN durante sus años en el poder: era el Gobierno quien asumía el riesgo y los promotores privados quienes recogían el beneficio, que durante las dos últimas décadas supera los 26,6 millones de euros.
El modelo que se ha seguido para explicar esta disparidad es simple. El Gobierno de Navarra compraba el suelo, pactando incluso la posterior venta, y posteriormente los promotores privados se encargaban de urbanizarla y la vendían sabiendo ya que no iban a faltarles compradores. Esto se refleja en las cuentas de esta infraestructura, la principal área logística de Navarra, que se estructura en cuatro fases. La cuarta, de hecho, solo ha supuesto de momento pérdidas para el Gobierno, al haberse comprado los terrenos, pero no haberse vendido.
Así, en la primera fase, el Gobierno de Navarra invirtió 10,65 millones de euros en la urbanización de los terrenos y otros 10,13 millones en infraestructuras externas atribuibles a la Ciudad del Transporte. Los ingresos que ha recibido el Gobierno apenas suman 488.180 euros procedentes de un canon pactado con la promotora privada (UTE Sanco-GM). Las cuentas del sector privado tienen poco que ver. Sus gastos en esta primera fase ascienden a 35,9 millones de euros, procedentes de la urbanización y la construcción de las naves, pero los ingresos obtenidos por su venta alcanzan los 45,69 millones de euros, lo que arroja un saldo positivo bruto de 9,78 millones.
El esquema se repite, a menor escala, en la segunda fase, al haber abonado el Gobierno de Navarra 5,99 millones de euros y haber ingresado 5,35 millones, que dejan un saldo negativo a 639.661 euros, mientras que el sector privado logró unos ingresos superiores a los 25,2 millones de euros que le arrojaron un beneficio bruto de 6,56 millones de euros. Y la tercera fase, la última en ser comercializada, vuelve a disparar las pérdidas del Gobierno de Navarra (-29,21 millones) y engordar los beneficios de la UTE, hasta los 47,98 millones de euros. Al no haberse iniciado aún las obras de la cuarta fase, esta solo supone de momento unas pérdidas millonarias para las arcas públicas, que son calculadas en 31,74 millones de euros.
Fuentes conocedoras de la opinión apuntaban asimismo a que la manera de negociar por la compra de los terrenos había disparado el coste total de la operación. Así, el Gobierno ofreció un precio inicial de 11 euros el metro, para ir posteriormente a un justiprecio de 20 euros. Esta negociación a la baja servía a la UTE privada para mejorar el beneficio, pero le ha terminado por resultar muy cara a las arcas públicas.
Diario de Noticias
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