Con Otegi ya en libertad se plantea la pregunta de cuál debe ser el papel que puede jugar en este nuevo tiempo político que se inició, precisamente, cuando ya estaba en prisión. Apenas 24 horas antes de salir la cárcel de Logroño el propio Otegi confirmaba a The New York Times su disposición a presentarse al proceso interno para encabezar la lista de EH Bildu en las próximas elecciones autonómicas. Este diario ha pulsado la opinión de Ramón Zallo, catedrático de Comunicación Audiovisual de la UPV/EHU, y Mariano Ferrer, periodista, sobre cuál es ese papel político, que, a su juicio, le aguarda a Otegi.
Zallo tiene claro que la carga de trabajo que le va a caer encima es muy importante. “Su figura es incuestionable de cara a hacer el tránsito de la izquierda abertzale hacia el modelo que está caminando con la ponencia Abian y a la vez para gestionar el tránsito del recambio institucional después de las dos últimas contiendas electorales, en las que no les ha ido muy bien”, afirma. A juicio de Zallo, no simboliza una etapa a superar y pone como ejemplo el papel que jugó Gerry Adams en el proceso irlandés. “Otegi tiene el reconocimiento colectivo y el carisma como para aunar al conjunto de familias de la izquierda abertzale y proyectarlas en un cambio que es copernicano. Después de cincuenta años con una política determinada, ahora les toca cambiar la filosofía, cambiar la estrategia y cambiar los lazos con la sociedad y definir una estrategia táctica nueva. Además, intentar seguir resolviendo las secuelas de esos cincuenta años requiere un liderazgo fuerte y ahora mismo quien lo puede pilotar es quien inició la bola en su momento”, asegura.
Por todo ello, insiste en que Otegi no forma parte del pasado, sino que, a su entender, debe jugar un papel importante en la política vasca. “La izquierda abertzale tiene una nueva generación de gente joven valiosa y estoy pensando en Iker Casanova, Unai Urruzuno, Josu Juaristi o Hasier Arraiz. Tienen un buen bagaje y operan ya de cara al público, pero la persona que, además de ser capaz de liderar, puede tener una función carismática para aunar todas las corrientes, incluidos los presos, los exiliados o las familias, es Arnaldo Otegi. Darlo por amortizado es un error de planteamiento. Además, ha estado en la cárcel, no en la estratosfera. Desde la cárcel se pueden seguir procesos políticos, aunque no los haya vivido en primera persona, pero con la capacidad reconocida de este hombre se pondrá enseguida al día y podrá culminar un proceso que él echo a andar”.
El periodista Mariano Ferrer asegura de entrada que son Otegi y su partido quienes deben decidir el papel que debe jugar el dirigente de la izquierda abertzale en este nuevo escenario político. Sin embargo, y tras señalar que su capacidad política es incuestionable, asegura que “la izquierda abertzale tiene la necesidad de tomar distancia de sí misma, de la misma manera que la sociedad ha tomado de ella. La izquierda abertzale lleva a cuestas una enorme mochila, con cosas muy buenas y otras peores, y esta sociedad se está distanciando de esa historia y del papel que jugó en esa historia”. Por eso, considera que tiene por delante un ímprobo trabajo de renovación de ideas y acortar la distancia que se está abriendo con amplios sectores de la sociedad. “Pongo como ejemplo el tema de la independencia. La sociedad está cansada de irrintzis a la independencia y está a la espera de un proyecto que la haga creíble. Hay que trabajar un proyecto creíble, quizá no para mañana, pero hay que trabajarlo. Y eso me parece una gran labor para un líder político”, asegura.
A juicio de Mariano Ferrer otra cosa es que Arnaldo Otegi encabece una candidatura a lehendakari. “Quién voy a ser yo para decir que no. Un hombre como Otegi sería un buen candidato en cualquier partido, y por lo tanto también en la izquierda abertzale. Sin embargo, le veo un problema. Es este viaje de tomar distancia con el pasado, no para olvidarlo, sino para no seguir presos de aquello, Otegi va a meter el pasado suyo y de la izquierda abertzale en esta cuestión. Y puede haber gente que incluso pensando bien de la izquierda abertzale y de Otegi, tenga sus reservas de situar como lehendakari a una persona que de alguna manera nos va a mantener ligados a un pasado del que tenemos que desprendernos”, señala.
Para Ferrer, Otegi tiene un gran trabajo político por delante. “Y lo que haga estará bien, pero así como creo que hay una gran tarea interna en la renovación de la izquierda abertzale, y todo esto lo puede hacer bien Otegi, pensar en él como un candidato ganador no lo veo, ya que va a ser visto por muchos como el pasado. Muchos le van a sacar cuestiones que él no quiere y que van a suponer un hándicap a su candidatura”.
Javier Núñez, en Diario de Noticias
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