El pasado 27 de diciembre se convocó el Consejo Navarro de Medio Ambiente, para debatir y en su caso aprobar el presupuesto del Departamento del año 2020.
El presupuesto de este año es continuista, es decir deficitario. Sabido de que es de los más bajos de todas las Comunidades, no llega para cubrir todas las necesidades ambientales de la nuestra Comunidad. Esta es la razón que la que, al igual que el pasado año, no fuera aprobado dicho presupuesto por la mayoría del Consejo.
El presupuesto se manifiesta insuficiente de cara a dotar al Guarderío con los efectivos necesarios, para llevar adelante las tareas propias de control en el medio rural. En la zona de la Ribera, hasta ahora contaban con 8 personas y se ha pasado a 10, cuando las necesidades reclaman duplicar la plantilla.
Esta falta de medios para el control ambiental, afecta directamente a la contaminación por vertidos, ya sean en industrias, granjas, o como en una empresa de Caparroso que produce biogás, cuyos residuos procedentes de la biodigestión vierte en parcelas agrícolas.
Esos vertidos en suelo agrícola contienen metales pesados y nitratos que requerirían un seguimiento continuado por parte del Gobierno o en su caso por una empresa especializada independiente. A esta empresa de Caparroso, que debería estar cerrada por sus reiterados incumplimientos, se le han abierto numerosos expedientes sancionadores por infracciones de todo tipo, tanto por parte de Medio Ambiente como por otros organismos. Pero al margen de su funcionamiento, lo preocupante es que los vertidos contaminados esparcidos en parcelas, acaban en nuestros ríos, acuíferos y hasta en los productos que llevamos a nuestra mesa. Recordemos que van en aumento en Navarra los acuíferos contaminados por nitratos.
En el Caso de del Parque de Bertiz, la joya de la corona, ocurre lo mismo. No hay dinero suficiente para combatir la invasión de especies exóticas que colonizan el parque. Las especies laurel-cerezo, caki de Virginia, bambú, paulonia, palmera, fallopia..., año a año aumentan su expansión, representando un verdadero peligro si no se actúa en profundidad desde ya. Algo parecido está ocurriendo en la cuenca del rio Bidasoa, por lo que habría que habilitar personal y presupuesto para combatir este preocupante problema de expansión de plantas invasoras.
En Navarra tenemos 17 Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y 42 Zonas Especiales de Conservación (ZEC). Según testimonio de un técnico del Departamento y debido a falta de presupuesto, solamente se gestionan adecuadamente dos de ellas; Bertiz y Artikutza.
¿Y que podemos decir del Cambio Climático...? Después de la celebración reciente de la Cumbre del Clima COP25 en Madrid, ha quedado meridianamente clara la urgencia de intervenir con todos los medios para intentar mitigar la Emergencia Climática. En Navarra, ¿podemos hacerlo con unos presupuestos ambientales continuistas...? Lo dudo, aunque en este caso no dependen las soluciones solamente de inversiones, sino de otras medidas que no se ponen en práctica.
Por otra parte, cada vez es mayor la legislación ambiental procedente de Europa y en cambio no aumenta en la misma proporción el personal del Departamento para su puesta en práctica.
El CNMA es un órgano consultivo de participación ciudadana, al que solamente se nos convoca por imperativo legal para la aprobación del presupuesto y algunas Leyes. Creemos que esto debería cambiar y pasar a ser un instrumento social que contribuya al necesario debate y participación ciudadana en temas ambientales. No nos resignamos a seguir siendo un florero decorativo sin contenido alguno, que se nos convoque como en el caso de los presupuestos, cuando los mismos ya han sido aprobados en el Parlamento.
Y hablando de su funcionamiento, esperábamos la presencia de la Consejera en la primera reunión del CNMA en esta legislatura, para que se presentase y nos comunicara las líneas de actuación de su Departamento en los cuatro próximos años. Es lo que hizo en su momento la Consejera saliente.
El Medio Ambiente lo tenemos que mantener entre todos y las instituciones deberían facilitarlo dando participación a la sociedad y a sus colectivos. No es de recibo que el Parlamento apruebe recientemente en 24 horas (seguramente por presión de los fabricantes), la modificación de la Ley Foral de Residuos que permitirá el retraso de la entrada en vigor de la prohibición de la venta de elementos plásticos de un solo uso. Esto cuando la propia Ley de Residuos de Navarra, en su artículo 13, plantea que las futuras revisiones se realizarán mediante la Comisión de Seguimiento y Control con participación ciudadana.
Juan del Barrio, miembro del Consejo Navarro de Medio Ambiente
Bastante en desacuerdo
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