Ramón Gonzalo es el nuevo rector de la UPNA. Es el primero que ocupa este cargo que ha estudiado en el centro, que este curso ha comenzado a impartir el nuevo grado de Medicina y que tiene que firmar el convenio plurianual con el Gobierno navarro.
Usted es el primer rector de la UPNA que ha sido alumno de esta universidad. ¿Supone que la universidad ha llegado a su mayoría de edad?
En parte, sí. Así lo dije en mi discurso de apertura. Hemos cumplido más de 30 años, supone una mayoría de edad. Pero estamos muy lejos de las universidades de toda la vida, que llevan prácticamente 800 años. Vamos madurando, pero estamos muy lejos desde el punto de vista de edad. Tenemos también una serie de ventajas. Hemos nacido en otra época y no tenemos las mochilas de otras universidades. Al ser más jóvenes, nos vamos adaptando mejor a los tiempos, hemos nacido con La LRU, con la nueva Ley Orgánica de Universidades. Somos más adaptables que otras universidades.
¿Ha cambiado mucho la UPNA desde que usted era alumno?
Físicamente mucho. Cuando llegué aquí no se había construido el tercer bloque del edificio del Aulario. El resto era campo. Empecé el primer año en El Sario. En el segundo año el Aulario ya estaba completo. Cuando acabé la carrera estaban terminando la Biblioteca. Verde no había nada. Eso de ver a los estudiantes en el césped, a mí no me tocó.
¿Cuáles son los retos que se plantea como rector?
A nivel interno, sobre todo los recursos humanos, las personas. La idea es trabajar mucho en adaptar tanto nuestra estructura de personal de administración y servicios como la de personal docente e investigador. Tenemos que adaptarnos a los nuevos tiempos, a la nueva digitalización. Tenemos un proyecto en paralelo, que es digitalizar poco a poco la universidad. Somos jóvenes, pero en 30 años la universidad ha cambiado mucho. Nuestra idea es hacer un análisis de los recursos de personal que tenemos y adaptarnos mejor a los nuevos tiempos. En el personal docente e investigador tenemos que ver la necesidad que hay en cada departamento, las personas que tenemos, los encargos docentes, si necesitamos traer gente de fuera, si necesitamos estabilizar, si necesitamos formar desde abajo a nueva gente para que dentro de unos años estén preparados para los nuevos grados que hemos puesto en marcha. Exteriormente, seguir jugando el papel que tenemos estos años de ser referentes en la atracción y el desarrollo social y económico de Navarra. Otro aspecto muy importante, más material, es el convenio plurianual con el Gobierno de Navarra. Es una cuestión económica, pero en el fondo lo que hacemos las dos partes es definir qué queremos de la universidad. El convenio establece una serie de objetivos que acordamos con el Gobierno y establecemos la ruta que se debe seguir.
¿Qué plazos manejan para la negociación del convenio con el Gobierno navarro?
Estamos contentos. Al crearse una nueva consejería de Universidades, salimos de Educación y somos interlocutor directo con el Gobierno. Desde nuestro punto de vista ha sido un acierto. Obviamente, ya hemos tenido reuniones con el nuevo consejero y una de las cosas que había encima de la mesa era el convenio plurianual, ya que el actual acaba el año que viene. Es algo que da mucha estabilidad. Puede ser mucho o puede ser poco, pero sabes lo que tienes. Es como si tienes un sueldo que va a ser fijo diez años. Puedes planificar si pides un crédito o no, si compras un coche o no. Es completamente diferente a tener que estar negociando año a año con el Gobierno.
Ha hecho referencia a los nuevos grados. El más mediático ha sido el de Medicina. ¿Supone consolidar el proyecto de la UPNA respondiendo a una demanda social?
Sí. Responde a una demanda social y también profesional. La coyuntura demanda que haya profesionales del sector médico. Desde el punto de vista social, responde a una necesidad que tiene Navarra. Ya no es solo la formación de médicos, que es importante, sino crear un ecosistema biosanitario que potencie todo ese sector que siempre sale muy bien valorado en Navarra. Pero si viene ayudado por un ecosistema en el que tenemos investigación, transferencia, donde los médicos residentes pueden hacer sus tesis, sus publicaciones, pueden ir a congresos... Es un sistema de mejora hacia el paciente, que es el objetivo básico de Medicina.
Es difícil hablar de plazos, pero ¿cuándo podrá ser una realidad ese ecosistema?
Hemos creado el grado. A ver cuándo conseguimos tener un edificio. Puede ser en un margen de tres años. Los primeros graduados vendrán en seis años. Mientras, hay que dotar de infraestructuras de laboratorios, de profesorado... Tener un ecosistema puede costar seis años. Luego, para tener resultados, para que todo eso esté empezando a rendir, podemos hablar de diez años. Es una inversión que va a tener una repercusión importante en Navarra.
¿La puesta en marcha del grado de Medicina ha supuesto alguna fricción con la Universidad privada?
No. En absoluto. De hecho, el rector de la Universidad de Navarra ha manifestado más de una vez que la UPNA tiene que crear aquellos grados que considere oportunos. Esa ha sido la filosofía. Una de las líneas por la que apuesta la estrategia de especialización inteligente de Navarra es Salud. Y hay una demanda social. Se establecen una serie de grados y el que salía era Medicina.
Hubo una pequeña polémica mediática sobre el escaso número de alumnos navarros en el grado de Medicina en la UPNA.
Son 20 alumnos navarros de 62. Casi un tercio. Teniendo en cuenta las notas de corte que hay en Medicina, tener 20 alumnos navarros por encima de 12,5 y que compiten a nivel nacional es un éxito. También estamos atrayendo talento, que es algo importante. Está viniendo gente muy motivada, con muchas ganas de hacer Medicina, con buenos expedientes. Al final, tener esa capacidad de atracción es bueno para una región. Con lo cual, tenemos los mimbres para hacer muy buenos profesionales, que es el objetivo. En ese sentido, estamos contentos. Esto se ve en Medicina, pero pasa en todos los grados de Salud. Vaya a Enfermería, a Fisioterapia... Es distrito único a nivel nacional. Todos se preinscriben en todas las universidades. Y que algunos de ellos hayan decidido, incluso teniendo notas para entrar en otras universidades, es un motivo de satisfacción. Hay gente que podía irse a otro sitio, pero que ha decidido venir aquí.
Se ha anunciado también la puesta en marcha de un polo de innovación digital.
Lo que el Gobierno quiere hacer, en terrenos de la universidad, es un ecosistema de innovación y de desarrollo tecnológico y de investigación. Tienen previsto una parte bio, una de inteligencia artificial, traer el CEIN y la incubadora de empresas que estén relacionadas con el entorno universitario, un centro tecnológico (Naitec), hacer un Living Lab para que las empresas puedan probar nuevos prototipos en colaboración con la universidad... Es crear un ecosistema como hay en todos los países desarrollados tecnológicamente. Si va al MIT, están los edificios de las facultades del MIT rodeados de empresas. El conocimiento y el desarrollo están donde están. En España, más de dos terceras partes de la investigación se hace en las universidades.
El desarrollo del euskara en la UPNA ha generado conflictos históricamente. ¿Cómo está ahora esta cuestión?
Hay mucho por hacer, pero en los últimos años hemos incrementado la oferta en euskara. Estamos en el 21% de todas las asignaturas que tenemos. Del año pasado a este hemos crecido. Vamos creciendo en función de la demanda y de las posibilidades que tenemos. Es cierto que en algunos sitios la demanda es superior a la posibilidad que tenemos de ofertar. Pero tenemos que encontrar profesionales que sepan euskara, que se presenten a un concurso, que lo ganen... Poco a poco lo vamos consiguiendo. También es cierto que cada vez hay más profesionales que trabajan en euskara. La idea es seguir aumentando la oferta en euskara. De hecho, en estos momentos damos más en euskara que en inglés, lo que es razonable.
Un objetivo histórico de la UPNA ha sido tener presencia en el centro de Iruñea. Parece ser que se va a logar en Salesas.
Es importante. Aunque estemos cerca, estamos lejos. Bajar aquí no cuesta mucho, pero cuesta. Es algo mental. Se llegó a un acuerdo con la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona para tener un par de oficinas en el nuevo edificio de Salesas y también acceso al Salón de Actos. Probablemente lo empleemos más que la propia Mancomunidad. Nos permitirá hacer allí una serie de actividades que atraigan a más gente que si los haríamos aquí, en el campus. Si organizas cosas y van tres o cuatro, al final se te quitan las ganas. En los últimos años, tanto con el Ayuntamiento anterior como con el de ahora, hemos organizado actividades en Condestable. La semana del 11 de octubre está previsto que la Cátedra de Mujer, Ciencia y Tecnología haga actividades. El 30º aniversario lo hicimos allí también.
La receptividad que tenemos por parte de la población es mucho mayor. Cuando hemos organizado cualquier actividad con Planetario también nos han acogido con los brazos abiertos. No son sedes nuestras, hay que preguntar cuándo están libres. Nos da menos flexibilidad, pero siempre nos permite acercarnos al centro de la ciudad. En Salesas, dentro de dos o tres años, tendremos algo más fácil para utilizar y eso siempre será positivo.
Martxelo Díaz, en GARA
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