Credibilidad es la palabra utilizada por Imanol Murua para describirte, credibilidad entre lo que pensabas, decías y hacías. Y seguramente será una de las mejores palabras que se hayan podido decir de ti.
Mariano, me siento en un debe contigo, y esta es la razón de esta carta. No porque hayamos compartido muchos momentos, ni nos conociéramos en exceso. Han sido pocas las ocasiones que nos hemos encontrado, e incluso han sido cortas. Han sido muchísimas más las horas que estuviste en la cocina de nuestra casa, la de mi aita y mi ama.
Pero la última vez que hablé contigo, fue para pedirte que vinieras a nuestro pueblo para participar en una conferencia sobre la libertad de expresión, junto con Dani Álvarez y Lourdes Pérez, con motivo de la exposición en nuestro municipio de la obra de arte que fue censurada en Arco "Presos políticos en la España contemporánea". Me dijiste que ya no participabas en conferencias, pero que se te hacía muy difícil decir que no a nuestro pueblo, por el camino que estaba llevando por la convivencia. Dos días más tarde me llamaste, diciéndome que participarías, y que tuviera claro por qué lo hacías. No podrías haber elegido un motivo más reconfortante, pero que a su vez me obligaba a corresponderte en algún momento. No ha sido posible, y este es «el debe» que quisiera librar.
Han sido muchos los adjetivos que se han utilizado en tu muerte, y leyendo todos ellos ha sido imposible no volver atrás en el tiempo para verte cómo en una situación tremendamente polarizada fuiste capaz de situarte en tu propio espacio, convirtiéndote en una referencia para muchas personas que no querían estar obligadas a vivir en un lado o en el otro. Escapaste de las aseveraciones absolutas para adentrarte en los matices de las cosas, en un tiempo en el que no había lugar para los matices.
Y me recuerdo a mí mismo en ese tiempo, en los primeros años de la universidad. Me emocionaba cada palabra que escuchaba de ti que reafirmase mis posiciones políticas, o las del movimiento al que pertenecía. Y me cabreaba escucharte cuando criticabas los pensamientos o los actos de los que yo me sentía parte.
No recuerdo al detalle los análisis que nos hacías cada mañana. Pero recuerdo uno en concreto, que tiene que ver con un episodio ocurrido en nuestro pueblo. Se trata de cuando ETA mató a Jose Luis Caso, concejal del PP en el Ayuntamiento de Errenteria. Justo esa semana estaba convocado por ELA y LAB un paro y una manifestación por el encarcelamiento de la Mesa Nacional de Herri Batasuna. Recuerdo cuál fue tu reacción en tu habitual análisis, y decías que tú ya no ibas a ir a la manifestación. Y recuerdo la discusión que tuve con mi aita, para el que eras una auténtica referencia. Y eso es lo que ocurría, Mariano: mi referencia era mi movimiento político; la de mi aita eras tú. Finalmente el paro y la manifestación fueron desconvocados.
Recuerdo también, como por aquella época leí un artículo de Jon Sarasua en "Euskaldunon Egunkaria". Se refería a las conmemoraciones que en ese momento se estaban produciendo en nuestro país con motivo del aniversario de Gandhi. Y decía que lo de Gandhi era una resistencia pacífica. Que resistencia era el sustantivo y que pacífica era el adjetivo. Y cómo en ese momento muchos se quedaban con el adjetivo y se olvidaban del sustantivo, y cómo incluso el adjetivo pacífico se convertía en resistencia también, resistencia a la violencia encarnada en el propio Estado contra el que luchaba Gandhi. Pero también criticaba a «quienes inmersos en una espiral de violencia» enarbolaban la lucha de Gandhi, olvidando su carácter pacifista.
Y me da la sensación, Mariano, que algo de eso te ha pasado a ti. Algunos han enarbolado tu carácter pacifista pero han olvidado tu carácter resistente. Resistente contra las injusticias de todo orden. Tu vida es un ejemplo de tu lucha permanente por las libertades civiles y políticas y contra las injusticias sociales. Porque es fácil posicionarse contra el débil, y muy difícil contra el que tiene poder. Porque no hay mucha gente que así lo haga y porque tú lo has hecho a lo largo de toda tu vida.
Y después estábamos otros que enarbolábamos tu carácter resistente pero olvidábamos tu carácter pacifista. Aquellos que glorificábamos tu activismo, pero que hacíamos como que no te oíamos cuando nos dirigías unas duras críticas. Y no quisiera que en tu muerte también ocurriera lo mismo.
El 29 de junio de 2017, el Ayuntamiento de Errenteria llevó a cabo un acto de reconocimiento a Jose Luis Caso, Manuel Zamarreño y Vicente Gajate. Antes y después he mantenido relación con Juani, la viuda de Jose Luis Caso. Y no te puedes imaginar las veces que me habré acordado de ese episodio, de tus palabras del año 1997 y de mí mismo.
Sabino Ormazabal, en tu acto de despedida, trayendo unas palabras de Mario Benedetti a Roque Dalton, nos dijo que «la muerte no sabía qué hacer con tanta vida». Y es que Mariano, tu vida ha sido mucha, mucha y creíble. Tanta que tu pensamiento se ha quedado con muchos de nosotras y de nosotros y ha aportado mucho a esta sociedad. Agur, Mariano eta eskerrik asko guztiagatik.
Julen Mendoza, exalcalde de Errenteria
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