María José Beriáin había leído mal las señales. Hace cuatro años sopesó la posibilidad de presentarse a rectora de la UPNA, pero finalmente desistió. En esta ocasión, animada por el sector del profesorado afín a Antonio Pérez-Prados y la propia Yolanda Barcina, la doctora sí dio el paso. Pero la línea oficialista les ha cerrado el paso con una contundencia enorme. Casi dos de cada tres votos (en las elecciones de la Universidad Pública de Navarra el voto es ponderado) fueron para el oficialista Ramón Gonzalo.
Por tanto, finalmente, será el delfín del rector saliente, Alfonso Carlosena, quien le sustituya. Gonzalo es catedrático de Teoría de la Señal y Comunicaciones y será el primer alumno de la propia universidad que accede al cargo de rector.
La victoria de Gonzalo, sin embargo, tiene un pero importante. Barrió entre los profesores y los catedráticos. Y lo mismo entre el personal no docente que trabaja en esa universidad. Pero no así entre el alumnado, donde se ha impuesto Beriáin. La catedrática del área de bromatología e investigación alimentaria recibió 531 votos de alumnos, frente a los 399 que apostaron por Gonzalo.
En parte, esto puede deberse a cierto cansancio. El sector del profesorado de la UPNA adscrito fuertemente a los postulados de UPN fue apeado del poder hace 16 años. Esto se logró tras una importante movilización estudiantil, con encierros en el rectorado y fuertes protestas.
La memoria de aquello parece haber quedado muy lejos. De hecho, incluso aparecieron mensajes del Talde Feminista de la UPNA apoyando decididamente a Beriáin. «¿Todavía no sabes a quién votar? María José Beriáin defiende una Universidad participativa, transparente, competitiva y que rompa los techos de cristal, empezando desde el Rectorado», defiende la cuenta en Twitter del Talde.
Resulta una verdad incontestable que, de haber logrado ganar estas elecciones, Beriáin habría sido la primera mujer rectora del centro académico. Pero también es cierto que se apoyaba en el sector del profesorado que protagonizó la etapa más oscura para la libertad política dentro del campus. Y entre ellos, en la propia expresidenta de Nafarroa, que ha participado en los preparativos de la campaña. Eso sí, públicamente, Beriáin ha marcado siempre cierta distancia con la expresidenta.
Ahora, si la ANECA da el visto bueno, el gran reto de Gonzalo será poner en marcha el nuevo grado de Medicina, que ha sido una reivindicación histórica de la izquierda en Nafarroa y al que Beriáin era reacia.
Aritz Intxusta, en GARA
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