sábado, 19 de septiembre de 2015

MISTER X, EL PATRÓN DEL TERRORISMO DE ESTADO, DICE QUE "PINOCHET RESPETABA MÁS LOS DERECHOS HUMANOS QUE MADURO"

Los lazos de Felipe González con la política venezolana vienen de muy atrás, en concreto de los tiempos de la Transición. El nexo en un primer momento fue la Internacional Socialista (una organización internacional de carácter socialdemócrata/socioliberal, de vocación otanista, alineada con la política exterior estadounidense y desde siempre comprometida con la causa anticomunista).

En aquellos años, Carlos Andrés Pérez ocupaba la presidencia de Venezuela (en el que sería su primer mandato (entre 1974 y 1979).  Su partido, Acción Democrática, era miembro de la Internacional Socialista, a la que también pertenecía el PSOE. De hecho, Carlos Andrés Pérez fue Vicepresidente de la Internacional Socialista durante bastantes años, entre 1976 y 1992, cuando ésta era presidida por el alemán Willy Brandt. A a su vez, Brandt fue el gran padrino político de Felipe González, pero también el gran facilitador que permitió al PSOE pasar de ser un grupo de amiguetes a un partido con capacidad de disputar el poder, gracias al generoso apoyo financiero de la Internacional Socialista y del aval de Willy Brandt. En aquellos años, sobre estos vínculos, nació la estrecha amistad entre Carlos Andrés Pérez y Felipe González, basada en una comunión de intereses. Un común denominador con ambos tiene que ver con las sospechas que siempre han existido acerca del apoyo de la CIA, al partido de Pérez en Venezuela y al PSOE en España en los tiempos de la Transición.  

Felipe González llegó al poder en 1982 y en él se mantuvo hasta 1996. En 1989, Carlos Andrés Pérez regresa a la presidencia de Venezuela (su segundo mandato), manteniéndose hasta 1993. Durante esos cinco años en los que González y Pérez coinciden al frente de los gobiernos de España y Venezuela, el vínculo entre ambos se estrecha, hasta convertirse Pérez en el gran amigo de González en América Latina.

Pérez había terminado su primer mandato en 1979 con una acusación oficial de corrupción por parte del Congreso de la República. Durante su segundo mandato la corrupción alcanzó tales cotas en Venezuela que muchos consideran su gobierno como el más corrupto de la historia del país de Bolívar; la corrupción durante el mandato de Pérez fue de tal magnitud, que terminó por enquistarse en el sistema político-económico venezolano y sus secuelas duran hasta hoy, pese a los esfuerzos y avances de Hugo Chávez por combatirla.

Igual que hacía González en España, en su segundo mandato Pérez abrió las puertas de Venezuela a políticas neoliberales, tales como la privatización de empresas públicas (por ejemplo, la compañía de Teléfonos). Al amparo de la liberalización, el gran capital español empezó a realizar inversiones en Venezuela, lo que a su vez era vendido como un éxito en España por parte de Felipe González. Son los años del gran desembarco de PRISA en Venezuela; recordemos que PRISA fue el grupo mediático cuyo apoyo al PSOE resultó clave en sus triunfos electorales (ver en este blog "PRISA, PSOE, Monarquía, el triángulo de las Bermudas de la política española").

El matrimonio político entre Pérez y González resultaba idílico. No importaba que la corrupción se estuviese comiendo a Venezuela. No importaba que el abismo entre ricos y pobres adquiriese dimensiones dramáticas (¿algún político se acordó de los pobres de Venezuela hasta que llegó Chávez?). Los ajustes económicos dictados por el FMI y que Pérez aplicaba sin pestañear, fueron formando un caldo de cultivo para la protesta social. El primer episodio de este descontento fue lo que conocemos como el Caracazo. Los disturbios se extendieron por todo el país y el amigo de Felipe González optó por la represión salvaje, dejando un saldo de más de 300 muertos y más de 2.000 desaparecidos. Nada que preocupase a Felipe González. ¿Os imagináis si esto pasara ahora con Maduro? Nada alteraba el idilio Pérez-González. Pérez era, por encima de todo, el fiel amigo, y Venezuela un paraíso para hacer negocios rápidos y conseguir enriquecimientos meteóricos para los amiguetes, a través de redes corruptas.

Pese a que la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al gobierno de Carlos Andrés Pérez, Felipe González siguió ejerciendo de valedor del mismo. El corrupto Pérez encontraba en España un balón de oxígeno a la presión internacional. Normal que un sinvergüenza como Felipe González, que amparó, impulsó y financió el terrorismo de estado en España, saliese en defensa de este personajillo venezolano.  

La corrupción del gobierno de Pérez alcanzó un nivel tan elevado que finalmente provocó que el propio Congreso no tuviese más remedio que abrirle una causa para que pudiera ser juzgado por corrupción. Tuvo que dejar la presidencia el 20 de mayo de 1993.

Fue precisamente el Caracazo el detonante que provocó en 1992 que un sector de las Fuerzas Armadas tomase conciencia social e intentase intervenir. Uno de los organizadores de esta intervención militar fracasada fue Hugo Chávez. Condenado a prisión, durante los dos años en que permaneció preso, su popularidad no dejó de aumentar. La presión social y política de la izquierda consiguió la liberación de Chávez en marzo de 1994. Tras ser liberado crea el  Movimiento Quinta República (MVR) y en diciembre de ese mismo año de 1994 realiza un histórico viaje a La Habana, donde se encuentra con Fidel Castro. Cinco años más tarde, Chávez ganaba las elecciones y se convertía en presidente de la República de Venezuela.

Cuando el comandante Chávez gana sus primeras elecciones en 1999, Felipe González ya no está en el gobierno español (estuvo hasta 1996). Pero fue después de dejar La Moncola, cuando González comienza a cosechar los favores sembrados (nadie hizo tanto por la creación de las "puertas giratorios" como aquel PSOE; algo que luego siguió desarrollándose con Aznar y Zapatero). También, libre de los disimulos institucionales que el poder político impone, González se convirtió en una valedor de excelencia del capital financiero, y en concreto de los intereses del capital español en Venezuela. Lo que ya había hecho desde su gobierno, siguió haciéndolo después, sin necesidad de tener que aparentar. Enseguida inició su cruzada particular contra Chávez, mientras los medios de PRISA aplaudían con las orejas y reforzaban la campaña de difamación y desprestigio contra el gobierno bolivariano.

La situación no cambió con la llegada de Maduro, un presidente elegido democráticamente en unas elecciones que fueron miradas con lupa por sus enemigos, para ver si encontraban algún indicio que les legitimase a rechazar los resultados. González siguió siendo siendo el aguijón del capital contra el gobierno de Maduro, como ya lo había sido contra Chávez.

Míster X, el patrón del terrorismo de estado (caso GAL), dice que “Pinochet respetaba mucho más los derechos humanos que Maduro".

Las declaraciones de Felipe González sobre Maduro, provocan que cualquier calificativo se quede corto. Tales declaraciones se producen el hilo de la defensa de Lepoldo López, condenado a 13 años de cárcel por los tribunales de un país democrático, acusado inicialmente de ser el instigador de acciones que se saldaron con el asesinato de 43 personas, aunque finalmente los cargos se limitaron a: A) Incendio y daños a edificio público, en carácter de determinación, B) Instigación a delinquir, C) Asociación para delinquir (este último está entre los delitos tipificados en la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento del Terrorismo). López, pese a estar implicado en el intento de golpe de estado de 2002, estaba en libertad. La defensa que hace Felipe González de Leopoldo López, supone una burla a la legalidad venezolana. Pero más grave todavía, es su afirmación "El Chile de Pinochet respetaba mucho más los derechos humanos que Maduro". No hay duda: estamos ante un canalla donde los haya, ante un sinvergüenza que no tiene el más mínimo sentido del pudor para mentir, difamar, manipular... Y cuyas palabras, indirectamente, vienen a suponer una cierta defensa velada de la dictadura fascista de Pinochet, ya que en la comparación que establece se crea una relativización del terror provocado por el que fue uno de los dictadores más sanguinarios del siglo XX en América Latina. 

Imagino que muchos militantes y simpatizantes del PSOE tienen que estar vomitando ahora, pero les digo: 'vosotros habéis incubado y parido a canallas como Felipe González'.


Llueve sobre mojado

Prometió sacar a España de la OTAN, pero blindó su permanencia en la organización imperialista atlantista, colocando a uno de sus monaguillos de Secretario General de la OTAN (Javier Solana). 

Fue amigo de los americanos desde el primer instante: su PSOE fue la baza de la CIA para cortar las alas al PCE en la Transición. 

Abrió las puertas de España a las políticas neoliberales, igual que en EE.UU. hizo Ronald Reagan y en RU Margaret Thatcher. 

Protagonizó la historia más vergonzosa del terrorismo de estado con los GAL (60 víctimas entre muertos y heridos). 

Bajo su mandato se extendió la corrupción política y económica que todavía padecemos hoy, enquistándose como un cáncer: el oligopolio de amiguetes, el capitalismo de casino... entró en su esplendor. 

Puso de moda las "puertas giratorias", una forma de corrupción legal institucionalizada. 

Creó esas sanguijuelas chupasangre que son las ETT (empresas de trabajo temporal). 

Instauró la costumbre de que el capital financiero dictase la política económica laboral) y los empresarios las leyes laborales. 

Diezmó a los sindicatos hasta conseguir convertirlos en amarillentos. 

Vendió armas a genocidas como el dictador Suharto (causante del asesinato de más de 1 millón de personas) o el africano Obiang de Guinea Ecuatorial. Dictadores asesinos que nunca provocaron un reproche de su boca: González apelaba a las razones de estado y a los supuestos "intereses españoles" (ya se sabe, es lo de confundir los intereses de la oligarquía capitalista con los intereses del país). A este último, al genocida de Obiang, hasta le regaló el título universitario de Licenciado en Derecho (por la cara), para que el dictador pudiera presumir de culto (véase "África, fútbol, tiranos y realismo político"). 

Amigo y valedor del tirano de Marruecos, para el cual traicionó la causa saharahui. Pero también de monarquías medievales como la de Arabia Saudí, donde cualquier cosa que se parezca a los derechos humanos es pura coincidencia.

Es... Felipe González Márquez. Un hombre al servicio de la oligarquía, del gran capital. Un prostituto de la política. Un meretriz del Imperio. Un canalla. 



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