Elvira es colombiana. Llegó hace 13 años a Olite. Viuda, dejó tres hijos en su país. Allí, era modista y diseñadora. Aquí, empezó fregando en un restaurante. A los meses, cambió a otro donde lleva 12 años, ahora como cocinera. Fue cumpliendo meta a meta. Venir a España; encontrar trabajo; traerse a los hijos (vinieron año y medio después). Su último sueño era tener casa propia.
En junio de 2005, compró un piso en Olite, amplio, céntrico y de nueva construcción. Le costó 180.000 euros. "No tenía ahorros. Me dieron un crédito por el 120%. El constructor y la caja me hicieron todos el papeleo. El único aval era el sueldo de mi hijo (soldador, con dos hijos y otro domicilio)".
La hipoteca salía a 900 euros al mes. "Pero tenía como pagarlo", dice. Una nómina de 1.500 euros que engordaba con trabajos extra: limpieza de casas o arreglos de costura. En septiembre de 2008, le llegó una carta del banco donde le ofrecían la cobertura de tipos. "Me dijeron que protegía mi hipoteca. Que si el Euríbor subía, iba a subir más. Y ya pagaba 1.300 euros.
Me dejé convencer", explica. No recibió un euro por el swap. Bajaron los tipos, pero Elvira pagaba más cada mes: 980 de hipoteca y 360 del swap. "Me dijeron que había hecho la hipoteca fija y que me daban otro préstamo para pagarlo". Terminó "malvendiendo" su casa a final de 2010, por 140.000 euros, y agradecida de poder hacerlo porque los precios caían.
Canceló el crédito con 40.000 euros que pidió prestados a un particular, al que aún debe ese dinero. Pero la cobertura seguía. Le pedían 25.000 euros más por cancelarla. Sigue viviendo en el piso de sus sueños, pero ahora paga 540 euros de alquiler a su dueña.
El swap le sangra otros 480 euros al mes. Y la nómina se ha reducido. Comida, ropa, los gastos de la "peque" y los de la casa los afronta tirando de la tarjeta de crédito en el súper y la nómina de su otra hija, que hace manicura.
Se ha buscado un abogado. Y llevará el tema a juicio. "Me dicen que tengo posibilidades. De que me devuelvan todo lo que he pagado con intereses y algo por lo que perdí al vender el piso. Pero hasta nueva orden, sigo pagando".
Elvira Zapata en Diario de Navarra (recogido de Ordago)
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