Cuando el colectivo de madres del IRPF reclamó al Gobierno de Uxue Barkos la devolución del IRPF con carácter retroactivo desde 2013, se les dijo claramente que con la ley actual eso no era posible. La ley en España y País Vasco es distinta a la ley de Navarra, y aquí es donde radica todo el conflicto. Este grupo de madres del IRPF no quiso admitir que Navarra es una comunidad diferenciada y que tiene sus propias leyes en materia fiscal, es decir, “autonomía fiscal”.
Señoras, les guste o no, para lo bueno y lo menos bueno vivir en Navarra supone estar sujetas a sus leyes. Pero como en este caso no les convenía ser navarras, lo que han estado pregonando a los cuatro vientos ha sido decir que están siendo discriminadas con respecto al resto de madres del Estado español. Aún siendo sabedoras de que no tenían mucho camino que recorrer en su exigencia de devolución del IRPF, se dejaron engañar por abogados y asesores. Les llevaron en un engaño absoluto y sin éxito hasta los tribunales. Con la cercanía del posible cambio de gobierno tampoco dudaron en echarse en los brazos de Navarra Suma y PSOE cuando estos les estaban utilizando y engañando con la devolución del IRPF y con el único fin de conseguir sus votos.
El actual Gobierno les ofrece una posible deducción con carácter retroactivo del IRPF más justo y progresivo para todas las madres afectadas y resulta entonces que el reducido grupo de madres del IRPF que han luchado por la exención dicen que no están de acuerdo. De esta manera tan simple queda claramente evidenciado que ustedes no son solidarias con el resto de madres y que solamente luchan por su beneficio particular, ya que probablemente sus ingresos o rentas estarán muy pero que muy por encima de la media del resto de las madres. Con la exención ustedes recibirían más dinero que con la deducción que beneficia a las rentas más bajas, por ejemplo, madres y padres mileuristas.
Y al hilo de exenciones y deducciones de IRPF por bajas de maternidad (esto no se lo reprocho a las madres del IRPF), quiero expresar mi duda de si esta práctica pudiera considerarse como una “concesión de privilegios” a una parte de la ciudadanía navarra por el mero hecho de haber decidido tener un hijo. No me sirve el argumento de que se trata de fomentar la natalidad. No insulten a la inteligencia. Nadie decide tener un hijo porque va a tener ventaja fiscal. Se tiene porque se desea y nada más. Por lo tanto, ¿no sería una injusticia social ayudar con deducciones fiscales a las bajas por maternidady no hacerlo por ejemplo a las bajas por enfermedad? La baja por maternidad es consecuencia de algo buscado y deseado, es decir, una opción voluntaria, mientras que la baja por enfermedad sobreviene sin desearlo y sin opción. Meditémoslo.
Olatz Inza, en Diario de Noticias
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