miércoles, 19 de junio de 2019

LAS TRES ULTRADERECHAS

Si parece un pato, nada como un pato y grazna como un pato, probablemente sea un pato. Si pactan con la ultraderecha, se manifiestan con ellos, aceptan su programa y les dan concejalías, probablemente sean ultraderecha. Basta de eufemismos. No es que las derechas del PP y Ciudadanos estén blanqueando a la ultraderecha de Vox, es que son también ultraderecha. Para nuestra desgracia como país, no tenemos una derecha centrista, liberal y moderna, tenemos distintas gamas del mismo color azul Falange sobre lienzo neoliberal.
Se demostró en Andalucía la semana pasada. Rivera y Casado aceptaron las presiones de Abascal para cambiar el término "violencia de género" por "violencia intrafamiliar" y para recortar el presupuesto en Memoria Histórica de ayuda a las víctimas del franquismo mientras se invierte en el estudio de grandes gestas españolas como el "Descubrimiento de América". Los tres calaveras de Colón van a la conquista de la extrema derecha viento en popa a toda vela.
En Madrid han hecho lo mismo. El acuerdo firmado por C's y PP ha sido modificado por Vox que también ha eliminado la violencia machista y la mención al colectivo LGTBI y ha incluido la creación de un Museo de Héroes de la Nación y la protección de las fiestas católicas y de la familia numerosa. Rivera puede esconderlo como quiera, pero ha pasado por el aro del domador Abascal como un dócil gatito y le ha puesto una red a la caída del Casado más radical. ¡Viva el circo!
El partido que venía a regenerar la derecha se ha convertido en la muleta que la sostiene en los municipios en los que se había hundido. El cambio "sensato y moderado" consiste en mantener al PP de la Gürtel, la Púnica o los discos duros y de regalo abrirles la puerta a los herederos del franquismo. Ha perdido la oportunidad de rematar a un Casado tocado de muerte y de ocupar la centralidad desde la que ganar el liderazgo de la derecha. Se confirma como el eterno segundón impulsado por el Ibex para devolverles a los populares la transfusión de votos que pierde por la sangría de la corrupción.
La veleta naranja da tantos bandazos que es capaz de apuntar a la vez a una dirección y la contraria. Se llaman liberales pero forman gobiernos ultras en contra del mandato del liberalismo europeo. Se presentan como el dique al independentismo pero quieren obligar a Sánchez a pactar con los independentistas y expulsan a Valls por apoyar a Colau para evitar un ayuntamiento de ERC. Lo de Rivera es de frenopático.
Ya es hora de que el PSOE deje de tontear con él y forme un gobierno de progreso con Unidas Podemos que tienda puentes al procesismo para buscar soluciones a Cataluña, sin complejos frente a las tres ultraderechas. Los que le acusan de crear gobiernos Frankestein se han unido en un gobierno Francostein.
Javier Gallego, en eldiario.es

No hay comentarios: