sábado, 25 de mayo de 2019

NAVARRA EN EUROPA

Geroa Bai es una organización europeísta por una sencilla razón: porque tenemos la suerte de vivir en uno de los pocos lugares del mundo donde no hay pena de muerte, se lucha contra el cambio climático, se rechaza la discriminación por sexo, raza u orientación sexual, la educación es una prioridad, la democracia y el estado de derecho esencial… No hay muchos sitios en el mundo así, salvo Canadá y Australia. Hay que luchar por estas conquistas, que ahora comprobamos que son más frágiles de lo que pensábamos, como pone de manifiesto el auge de la extrema derecha y la xenofobia. Somos europeístas porque sabemos que hay muchos problemas que no se pueden resolver más que en el marco europeo, que los estados son demasiado pequeños para muchos problemas y demasiado grandes para otros.

Que somos europeístas es evidente si comparamos el anterior Gobierno de Navarra y este. Todos recordamos que el gobierno presidido por Barcina nos sacó de la Eurorregión con la Comunidad Autónoma Vasca y Aquitania (de aquel gobierno formaban parte, por cierto, los socialistas navarros) y que este gobierno nos ha vuelto a situar en ese espacio natural. Aquella salida fue el primer brexit de la historia y nos costó muchas oportunidades, como el fiasco de la delegación en Bruselas. Por si alguien lo ha olvidado: aquel Gobierno de Navarra decidió cerrar la oficina que tenía y pasar a otra en la delegación del Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid. Esta torpe operación nos costó mucho dinero, como denunció la Cámara de Comptos, pero suponía además un retroceso evidente: implicaba entender que la relación de nuestra comunidad pasaba por el Estado, como si no hubiera posibilidad de hacer las cosas sin su permiso, directamente.

Gracias a este Gobierno presidido por Uxue Barkos Navarra ha dejado de concebir Europa como una mera ventanilla de subvenciones y nos hemos convertido en protagonistas de su construcción. Hemos dejado de pensar en Europa como un lugar en el que se aprueban directivas que debemos aplicar para contribuir a su elaboración: hemos liderado la plataforma de la economía social, somos pioneros en su estrategia de especialización inteligente, hemos dejado de entender el Comité de las Regiones como un sitio a donde se va a escuchar y sacarse una foto, somos un actor comprometido con la construcción europea, punteros en la lucha contra el cambio climático o en la economía circular. Además, las políticas de este Gobierno están mirando más al norte que al sur de Europa en materia fiscal o medioambiental.

En unos momentos en los que nuestro sistema fiscal propio, el Convenio Económico, está sufriendo ataques de diverso tipo y, lo que es más grave, partidos proclamados foralistas como UPN se alían con quienes tienen como objetivo la supresión de ese instrumento de autogobierno, es conveniente recordar que Europa ha respaldado nuestro Convenio en diversas ocasiones. Hay una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y diversas declaraciones del Parlamento Europeo avalando nuestra soberanía fiscal, algo que no cabe esperar de Rivera o Casado, pero que tampoco Esparza parece capaz de defender. Se va a dar la paradoja de que entienden mejor nuestro autogobierno en Bruselas que en Madrid.

Hay que recordar esto ante las críticas a nuestro sistema fiscal propio que estamos sufriendo (especialmente por parte de Ciudadanos, un socio de Navarra Suma) y los silencios elocuentes de quienes deberían defenderlo. Uno de los tópicos más recurrentes consiste en afirmar que el Convenio acabará desapareciendo víctima de la legislación comunitaria. Hay que dejar bien claro, contra ignorantes y demagogos, que al Convenio no le afectaría ningún proceso de armonización en mayor medida que a cualquier hacienda de los estados miembros. Europa no supone un peligro sino un respaldo para nuestra soberanía fiscal. De hecho, tras una ardua negociación, las haciendas forales ya participan en el programa europeo Fiscalis (reservado en principio para los estados miembros), lo que pone de manifiesto que la traba para esa relación directa no venía de Bruselas sino de Madrid. La realidad es que este sistema ha sobrevivido a 8 regímenes políticos, a casi cien ministros de Hacienda, a más de quinientas sentencias, y ahora además cuenta con el reconocimiento y aplauso de las instituciones europeas. Europa reconoce que no forman parte de ella 28 sistemas fiscales sino 32, contando así a las haciendas forales.

El paso del tiempo ha ido poniendo de manifiesto que la filosofía del Convenio, el principio de responsabilidad que lo sostiene, no es un problema sino buena parte de la solución para configurar una economía más eficiente y justa. El federalismo fiscal es la mejor forma para evitar el fraude, adecuar los ingresos con los gastos, vincular la economía financiera con la economía real y productiva en relaciones de proximidad o favorecer el crecimiento sostenible. Ya lo sabíamos, y Europa también lo sabe.

Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política y cabeza de lista de Geroa Bai (Coalición Europea Solidaria) en las elecciones europeas

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