viernes, 28 de septiembre de 2018

TRANSITORIA CUARTA Y UPN (y II)

En el capítulo anterior de este análisis contábamos cómo nació UPN: mostrando su oposición a la Transitoria Cuarta y al texto constitucional. Frente a un nacionalismo español moderno (para 1978), y que buscaba el consenso, UPN nació de los rescoldos del franquismo y el foralcatolicismo (expresión no acuñada por ningún nacionalista vasco, sino por Juan Cruz Allí). Frente al democrático no impedir, no imponer que planteaba el texto constitucional con esa disposición transitoria, UPN quería imponer su visión de la navarridad (una, pequeña pero libre) e impedir cualquier otra fórmula (una unión a 4 de los territorios forales) en un momento en el que el vasquismo era una idea políticocultural transversal en la sociedad navarra).
Señalábamos también, y esto es importante, que los derechos históricos de los 4 territorios forales eran reconocidos en una Disposición Adicional primera que hablaba de bilateralidad en las relaciones con el Estado;y que les otorgaba la singularidad de poder elegir su federación, de un modo u otro, dentro del incipiente estado de las autonomías.
Contábamos también que en ese vasquismo había partidos como el socialista, entonces en Navarra una federación del PSE, que estaban por la labor. Pero desde aquella Constitución, y su Disposición Transitoria Cuarta, han pasado 40 años y muchos cambios sociales, institucionales y políticos. Uno de los cambios más radicales lo han protagonizado los dirigentes socialistas, quienes se han upeneizado y poco tienen de aquel vasquismo de entonces;aunque la decisión que toque en cada momento, ya se ha visto, no la decidirán ellos sino Ferraz.
Bien: con el PSN hemos empezado ya a dejar de lado la Historia para centrarnos en el presente. ¿Qué ha cambiado en el resto? Pues en la derecha navarra más evolucionada y centrada surgió un CDN que defendía la singularidad de dicha Disposición como un derecho democrático sólo reconocido a Navarra para ejercerlo como derecho a decidir. El fundador de CDN, el experto jurista y foralista, y expresidente Juan Cruz Alli, llegó a señalar que ese derecho y su disposición ya “no es transitorio”.
Mientras tanto, al vasquismo y nacionalismo integrador -que representa Geroa Bai- le preocupa más la defensa de nuestro autogobierno y singularidad que la obsesión territorial que nos adjudica la derecha. La ciudadanía navarra es quien puede y debe decidir sobre su futuro en la relación con otras instituciones. Convenios bilaterales aparte, las relaciones más sólidas con los otros territorios forales deberían ser ratificadas por la vía constitucional y singular de la Transitoria Cuarta: una vía que reconocen también el Amejoramiento del Fuero y el Estatuto de Gernika.
Y luego está UPN;que al exigir hoy de nuevo la derogación de la Transitoria Cuarta, hace honor a su origen y a las aportaciones intelectuales de Sanz y el corralito foral. Sigue buscando imponer e impedir, agitando fantasmas identitarios de manera periódica -en periodo preelectoral- para tratar de pescar en río revuelto. Sin embargo, ese alineamiento con lo más centralizador y reaccionario de la política española resulta brutalmente incoherente con la imagen que han tratado de construir de presunto partido foralista y defensor del autogobierno y la foralidad.
En su última bravata contra la Transitoria Cuarta, UPN -sin duda buscando ese río revuelto- llega a asimilar el futuro de Navarra con el presente de Catalunya. Falta a la verdad. No solo nos diferencian cuestiones sociológicas o la responsabilidad de nuestros líderes institucionales;es que, además, es precisamente la Transitoria Cuarta la que, dando voz a la ciudadanía de manera legal y constitucional, nos permitiría llegado el caso tener una vía de desbloqueo profundamente democrática. Si Catalunya tuviera una Transitoria Cuarta, no estaríamos en el punto en el que estamos.
Por tanto, la Transitoria Cuarta representa, en el actual marco legal, la singularidad de Navarra en ser la única comunidad que tiene derecho reconocido a federarse con los otros territorios forales. Y es el mejor complemento a la Disposición Adicional Primera de la misma Constitución, que reconoce de manera singular los derechos históricos de Navarra, Alava, Bizkaia y Gipuzkoa en su bilateralidad con el Estado. Si acaso hubiera algo que cambiar sería el carácter de transitoria de dicha disposición.
Singularidad y bilateralidad de nuestro autogobierno son el punto de encuentro entre las diferentes formas de vivir la navarridad. Es el consenso básico entre navarros y navarras, basado en la integración de las diferentes sensibilidades identitarias. La postura de “impedir que nos volvamos locos para imponer una manera de ser navarros”, que anida en la derecha navarra, es un ataque a la libertad que hoy tenemos reconocida.
Los tiempos han cambiado, nuestra sociedad también..., pero hay algunos que no cambian.

Ana Ansa, Koldo Martínez, Virginia Alemán y Pello Salaburu (miembros de Zabaltzen, asociación integrada en Geroa Bai)

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