lunes, 10 de septiembre de 2018

ÁNGEL FRAILE ESCUDERO: VOLUNTARIO NO, FORZADO

No ha pasado desapercibido el reportaje de la Voz de la Merindad del pasado mes de julio,  "Tafalleses muertos en la Guerra Civil", con la relación de fotografías de todos los "Caídos por Dios y por España", también llamados "Víctimas de la Cruzada de Liberación".
En el mismo ya advertíamos que de los 61 tafalleses muertos en el bando franquista, 25 murieron bajo las banderas carlistas, 14 bajo las de Falange y 22 en unidades del Ejército, con sus quintas. Salvo un par de docenas que salieron al frente en los primeros momentos del golpe militar, la mayoría se quedaron pasivos en sus casas, hasta que los primeros fusilamientos y la orden expresa de ir "Al frente o al Fuerte" o "Al frente o a la cuneta", obligaron a muchos a alistarse y a morir por una causa impuesta.
Es el caso de Ángel Fraile Escudero. Su hija Carmen ha venido a decirnos que "su padre no murió en el frente, lo mataron" y nos ha explicado su dolorosa historia.
Ángel Fraile había nacido en Grávalos, en la Rioja, y en Tafalla se casó con Teófila García. Jornalero, durante la República se afilió al Sindicato de Obreros Vascos (SOV), el precedente del sindicato ELA, entonces ligados al Partido Nacionalista Vasco. El SOV compró colectivamente unas tierras en el Quiñón y Latiain y las repartió en lotes entre sus afiliados. Ángel fue uno de ellos.
A la llegada del golpe militar del 18 de julio de 1936, los locales de la "Soli" de la calle Santa María (donde la antigua taberna La Petra) fueron asaltados, como lo fueron los del resto de las organizaciones republicanas, de izquierda o nacionalistas. Tafalla quedó en manos de la Guardia Civil y las milicias de Falange y Requeté. Ángel se quedó quieto, como la mayoría, hasta que un día de octubre un grupo de milicianos armados se presentó en su casa con intención de llevárselo. Carmen apenas tenía 10 meses. Su madre intentó impedir que se lo llevaran y allí mismo le dieron una paliza y la dejaron largo rato inconsciente en el suelo. Ángel se alistó o lo alistaron, en el Requeté el 10 de octubre de 1936. Cuarenta días más tarde, el 19 de noviembre, lo mataban en el frente de Quinto de Ebro, en Aragón. Por Dios y por España, dijeron.
"Yo digo que no murió sino que lo mataron, porque de los pueblos enviaban informes sobre la anterior ideología y afiliación de los alistados y a estos los ponían en primera fila, como carne de cañón".
Quede aquí su testimonio. Como el caso de Carmen, puede haber más casos similares, y les animamos a que nos lo cuenten. Todo el mundo tiene derecho a defender la memoria de sus padres.

Jose Mari Esparza Zabalegi, en La Voz de la Merindad

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