“Pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irrevocable muerte”, decía Marcelino Menéndez Pelayo, filólogo, historiador, bibliógrafo, polígrafo, filósofo y político de origen cántabro (Santander 1856 - 1912), y el melidés Juan Manuel Garde Garde es muy consciente de ello. Tanto, que acaba de publicar el que muy probablemente sea el primer libro sobre la historia de Mélida, localidad de alrededor de 700 habitantes ubicada en pleno corazón del Valle del Aragón y perteneciente a la Merindad de Tudela, que es una de las grandes desconocidas de la geografía navarra, tal y como reconoce el propio Garde. “Cuando me preguntan de dónde soy y digo que de Mélida, la gente piensa que hablo de Mérida (Extremadura). Que la gente de aquí, de Navarra, desconozca dónde está Mélida es sorprendente”, señala al respecto.
En concreto, su trabajo se titula Historia de la villa de Mélida y recoge en 379 páginas más de una década de labor investigadora de este melidés de 64 años (casado y padre de dos hijos), doctor en Ciencias Biológicas y catedrático de Biología y Geología de Enseñanza Secundaria hasta su jubilación (trabajó durante más de 30 años en el IES Benjamín de Tudela), quien tras ver “que la biología no daba mucho más de sí a nivel de investigación”, descubrió su pasión por la historia local. “Fue hace 12 o 14 años cuando me propuse profundizar en la historia de Mélida. Me resultaba cómodo, agradable y placentero y como los investigadores tenemos la obligación de dar a conocer el trabajo que realizamos, comencé a publicar artículos sobre epidemias del siglo XIX del cólera, sobre el castillo y las murallas...”, resume.
Con toda la información, obtenida del Archivo Parroquial sobre todo, escribió en 2012 el libro familiar La saga de los Garde. En 2015 hizo lo propio con Cinco siglos de religiosidad popular en la villa navarra de Mélida, que fue todo un “éxito”, admite. Posteriormente, con la documentación recopilada, también del Archivo Municipal y del Archivo General de Navarra (entre otras fuentes), Garde decidió dar un paso más y publicar el ejemplar que nos ocupa, cuya redacción le ha llevado dos años de intenso trabajo.
En este sentido, cabe destacar que el libro monográfico sobre la historia de Mélida, cuya fundación se remonta al reinado de Sancho VII el Fuerte (sobre el año 1200), se desarrolla a lo largo de siete capítulos. El primero describe el marco geográfico del municipio, mientras que los cuatro siguientes comprenden los cuatro grandes periodos históricos: Edad Antigua, Media, Moderna y Contemporánea. El sexto capítulo, a su vez, describe los servicios básicos que el pueblo ofrecía a sus vecinos (sanidad, educación, comunicaciones, etc.) y el último es una guía del patrimonio artístico y monumental de la localidad.
Antes de la fundación de Mélida, cuya fecha concreta se desconoce, Garde desvela que muy probablemente existiese una aldea llamada Villazuruz, aunque “no se ha podido descubrir”. Asimismo, se han encontrado restos, incluso del Paleolítico. A partir del reinado de Sancho VII el Fuerte, la historia de Mélida es “similar a la de cualquier pueblo pequeño navarro”, reconoce. Con la particularidad de que Mélida se encontraba en una “zona relativamente fronteriza con Aragón”.
En este sentido señala que tuvo “bastantes conflictos”. Tras la conquista castellana, por ejemplo, el castillo y las murallas quedaron arrasadas. Otra de las singularidades de Mélida es que “pese a ser un pueblo de control real, poco a poco el Monasterio de la Oliva fue haciéndose con el dominio, de tal forma que el abad de la Oliva era el señor del pueblo. De hecho, fue así hasta la desamortización”, indica.
“Durante la Edad Moderna tuvo cierto estancamiento de población porque la agricultura no daba más de sí, pero supo sobreponerse y crear sus propias instituciones, un arca de misericordia o un hospital de beneficencia”, prosigue relatando. No obstante, fue en la Edad Contemporánea cuando “despegó” y tuvo un repunte poblacional muy importante, el cual acabó generando problemas porque empezó a faltar trabajo. Sin embargo, llegó la República y con ella “el periodo de vida más activa del pueblo”, en el que se crearon asociaciones y organizaciones políticas, y que concluyó abruptamente con el consabido golpe de estado, tras el cual fueron asesinados 27 vecinos (otro más murió combatiendo en las filas republicanas) y 28 fallecieron en el frente, en el bando nacional, se recoge en el libro.
A partir de la década de los 50, en la obra solo se dan pequeñas “pinceladas” de la historia local, ya que Garde considera que es preferible “dejar que sedimenten los procesos históricos para tomarlos con cierta distancia”, antes de narrarlos.
Sin embargo, sí que habla por ejemplo de que Mélida llegó a su tope máximo de habitantes en los años 40, fecha en la que contaba con 1.400 residentes. “En siglo y medio quintuplicó su población, porque en 1800 apenas llegaba a los 300 habitantes”, señala. Fue a raíz de la industrialización cuando el pueblo se fue vaciando y envejeciendo. “Sin embargo, la gente que se ha ido no se ha desarraigado y conserva su casa familiar y vuelve en vacaciones”, reconoce. Ahora, además, la población inmigrante está volviendo a llenar de vida el pueblo.
Garde ha publicado 400 ejemplares de su libro, que se pueden adquirir en establecimientos locales.
Diario de Noticias
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