lunes, 23 de abril de 2018

BIENVENIDOS AL INFIERNO

A cuenta del Caso Alsasua y azuzados por la amable visión que exportan algunos cuando pisan Madrid, a la prensa de extremo centro esta semana le ha dado por hablar de Navarra. Y no precisamente par bien. Por lo visto, el Apocalipsis ya esta aquí y ni nos hemos enterado. “En el Gobierno de Navarra está ETA”, decía en Antena 3 Eduardo Inda, que como es de Pamplona en las tertulias le toman en serio cuando dice estas cosas. “En el Gobierno de Navarra hay antiguos miembros de Herri Batasuna, que según la justicia formaba parte de ETA, así que en el Gobierno de Navarra está ETA”, soltó en el tío en una muestra del rigor con el que se ha analizado estos días la realidad de esta tierra, convertida por algunos en un lugar tan hostil e inhóspito que dan ganas de ir a vivir a donde el Estado Islámico.
Hay que entender que en Madrid las cosas se ven siempre con una perspectiva especial. Sobre todo desde ese búnker mediático que tanto mima últimamente al partido de Rivera, donde Rajoy es un pusilánime y Montoro un traidor al que cualquier día empuran por decir que en Cataluña no ha habido prevaricación. Y claro, a partir de ahí, Sánchez es un bolchevique, Iglesias un bolivariano y la mitad de los navarros medio terroristas. Y eso cuando están a buenas. Porque con el calentón de esta semana no se ha librado casi nadie.
Ni siquiera UPN, que según José María Carrascal viene a ser el culpable de todo. “UPN empezó marcando diferencias con España y ha terminado preso del nacionalismo vasco, con todo lo que ello significa de pérdida de identidad y aceptación de la violencia como arma secesionista legítima para ellos”, decía en un artículo a toda página en ABC, en el que se preguntaba incluso a ver “¿dónde ha quedado la nobleza navarra?”, que por lo visto somos todos unos bárbaros.
La serenata de Carrascal venía a cuenta de la presencia del Gobierno foral en la manifestación del pasado sábado. Así que a lo mejor el buen hombre se ha liado con las corbatas de colores y ha pensado que aquí sigue gobernando UPN. Que vete a saber lo que se puede llegar a imaginar uno si se cree lo que va contando por ahí Ana Beltrán, que ha engañado al PP para que simule en un vídeo que lo de Navarra es peor que lo de Cataluña. Como si el partido de Rajoy no tuviera ya pocos incendios que apagar como para inventarse otro nuevo.
El documento en cualquier caso no tiene desperdicio. “¿Preocupado por la situación de Cataluña? Pues escucha lo que pasa en Navarra”, reza una voz en modo Teletienda mientras se oyen gritos de Independencia y suena música de terror. Que ya de paso, podían haberle puesto la de Piratas del Caribe, que pega bastante más con los bucaneros de Génova 13. “Desde 2015 el Gobierno está en manos de la Izquierda Abertzale”, afirma el PP, que asegura que en Navarra “se está imponiendo un proceso de batasunización” que pasa por “imponer la ikurriña”, “imponer el euskera” e “imponer la anexión al País Vasco”. Venga, a ver si superas eso, Esparza.
El PP incluso pide “ayuda” a los españoles de bien para que “Navarra no deje de ser Navarra”, no vaya a ser que acabe con el máster de Cristina Cifuentes en el limbo de los objetivos desaparecidos. Algo que va a pasar tarde o temprano, y la culpa va a ser del PSOE. Que, según el ABC, “permite la consolidación de una política panvasquista contraria al espíritu y la letra de la constitución que actualizó los derechos forales”.
Porque eso, que además de ser una crítica al PSOE parece un aviso a navegantes, es “lo mismo” que está pasando “en Baleares con su presidenta socialista”, donde también “se están aplicando los protocolos de infestación nacionalista que tan buen resultado han producido para el separatismo”. Y para que no falte nadie a la fiesta, tienen su parte de culpa también UGT, CCOO y, por supuesto, Podemos. Cómo no.
“Gran parte de la izquierda española está dispuesta a defender sin límites la estrategia etarra sin armas”, denuncia Hermann Tertsch, analista de cabecera de los ideólogos de la derecha foral y española. Que si dice eso de los sindicatos, no es difícil imaginarse qué puede pensar de Uxue Barkos, foco central estos días de la ira del hooliganismo de pandereta. “Un Gobierno que apoya al terrorismo frente a la Guardia Civil debe ser inhabilitado. Los españoles pasarán algún día por encima de los partidos que permiten esto y acabarán con esta triste farsa”, proclama Tertsch en una llamada a su Cruzada particular.
La verdad es que a veces dan hasta miedo. Suerte que el susto se pasa cuando la exageración adquiere tintes grotescos. “Barcos quiere obligar a los niños navarros a hablar euskera hasta en el recreo”, afirma OKdiario. “Como todo nacionalista aspira, a convertirse en un dictador. Barkos está destrozando Navarra económica y socialmente. Ahora, ya, convertida en liberticida”, denuncia Carlos Cuesta. “640.000 navarros se ven obligados a escolarizar a sus hijos en otra lengua con grave perjuicio para su formación”, advierte Federico Jiménez Losantos, que no se refiere al inglés sino al euskera.
Hay incluso quien con la excusa del juicio le ha puesto nombre a nuestro particular Apocalipsis. “Alsasua no ha dejado de ser un pudridero que ha ido infectando a las autoridades navarras, en un proceso de burbuja tan específico que me atrevo a denominarlo como Síndrome de Alsasua”, afirma Maite Pagazaurtundua.
Otras, como Isabel San Sebastián, consideran que el problema es que la gente buena ha tenido que huir de Navarra, y que por eso ahora se pierden las elecciones. “Las fuerzas separatistas que han estado beneficiándose del terror etarra gobiernan el País Vasco y Navarra tras expulsar del censo de votantes a todo el que supusiese un obstáculo para sus planes”. Una opinión que parece compartir incluso El País, para quien el Caso Alsasua “refleja los modos de una sociedad intolerante secuestrada todavía por la xenofobia y el silencio cómplice”. En resumen, que los navarros son gente chunga y votan mal. Y que a ver qué es eso de presionar a la Justicia que ya sabemos que los de Alsasua son todos terroristas. Ponme otro chupito, anda.

Ibai Fernández, en Diario de Noticias

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