La cavernícola derecha celtíbera se ha enfangado en la islamofobia más nauseabunda en cuanto han husmeado que ahí pueden obtener algunos réditos electorales y sociales. Exactamente los mismos que con ocasión del atentado de 11-M de hace casi siete años defendieron con escandaloso oportunismo electoral la autoría de ETA son los que se apuntan ahora a encabezar la islamofobia, igual que se apuntan a la más rupestre de las xenofobias por la misma razón electoral.
No hay que olvidar que la derecha celtíbera contiene en su interior tanto la extrema derecha, que en la mayoría de los demás Estados constituye fuerza política autónoma; y además, con la inevitable agravante de que es esa derecha extrema la que marca la estrategia política.
Constituye un ejemplo de esta insensata islamofobia el artículo de Del Burgo de hace unos días, titulado La Invasión Silenciosa, y en el que se pueden leer perlas como “en casi todos los capítulos (se refiere al Corán) hay apelaciones a la exterminación de los apostatas cristianos. El odio al diferente salpica a lo largo del caótico pensamiento de Mahoma. Los ejércitos de los seguidores fanatizados de Mahoma están en guerra contra nuestra civilización y cultura”. Según cuenta el articulista, él leyó el Corán con ocasión del 11-M, aunque lo que consta en las hemerotecas es que anduvo emperrado en sostener la autoría de ETA contra todas las pruebas y evidencias, como los demás esbirros del PP.
Pues bien; en la pacífica y pacifista gran manifestación de Barcelona del 26 de agosto los carteles más abundantes eran “Paz sí, venta de armas no”; los segundos carteles más numerosos eran “No a la islamofobia.” Y luego venían los carteles independentistas. Los medios de comunicación tradicionales han ocultado la oposición frontal al negocio negro armamentístico y han relativizado o reducido a anécdotas el rechazo a la islamofobia, pero afortunadamente las redes sociales mantienen esta reivindicación y sentimiento, surgido y suscitado como consecuencia de la coherencia con la solidaridad con las víctimas. ¿O es que alguien puede sostener que es coherente solidarizarse con esas víctimas y seguir haciendo negocio armamentísitco?
La más efectiva lucha a largo plazo contra el Isis y la radicalización violenta musulmana es exclusivamente la ideológica. Igual que lo es contra el fanatismo cristiano. ¿O es que se quiere olvidar que el fanatismo religioso musulmán es copia del anterior fanatismo religioso cristiano? Históricamente los musulmanes fueron mucho más tolerantes con las ideas y las prácticas religiosas que los cristianos. Esa es la explicación de toda la cultura mozárabe, e incluso de la existencia de escritores en lengua judía en la Vasconia de los siglos IX al XI y más concretamente en la Tudela de los Banu-Qasi como Ben-Yehuda o Ben-Jamin de Tudela.
A esa tolerancia le siguió en el siglo XV y XVI la expulsión de los judíos y de los moriscos, de lo que aún nose ha pedido perdón debidamente.
Pero sin caer en el historicismo el hecho actual es que subsiste en muchas actitudes pseudoideológicas la interpretación de la reconquista, como epopeya cristiana y simbolizada en la imagen del patrón del reino Santiago Matamoros. Mientras no se borre o se oculte o se quite de un altar religioso la imagen del moro bajo las pezuñas del caballo blanco de Santiago no hay nada que responder al grito social mayoritario contra la islamofobia. El mantener como patrón de un Estado constitucionalmente laico pero socialmente culturizado como cristiano origina el aprovechamiento de la imagen del Matamoros por las autoridades políticas y la justificación de la islamofobia más rupestre.
En la manifestación de Barcelona los ciudadanos/as de la gran nación europea que es Catalunya y que gritaban con enorme fuerza lo que el señor Rajoy no escuchó son representativos de unas sensibilidades muy mayoritarias y avanzadas. Europa deberá marchar en esa dirección.
Sirva este artículo para denuncia de la islamofobia de la que pretende aprovecharse, creyendo que tienen el viento a su favor la cavernícola derecha celtibérica. También en eso están equivocados igual que en su obsceno intento de ocultar la reivindicación más extendida del no al negro negocio armamentístico.
Una sentida crítica a la manifestación de Barcelona. En el estrado figuraba en doce lenguas el eslogan “No tinc por” pero faltaba en la lengua más antigua de Europa y más europea en ese sentido que es el euskara. Fallo de Ada Colau y Puigdemont. Lástima que ese eslogan tan bonito e importante como Al vent del último franquismo que fue el símbolo (en parte defraudado) de reclamación de la democracia no estuviera también en la lengua más (vieja o antigua) de Europa.
Patxi Zabaleta, abogado (en Diario de Noticias)
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