No soy teleadicto, pero todos los días, todos, enciendo el aparato y repaso los agujeros negros, uno, dos, tres y cuatro, en que han convertido los canales de EITB, apagados desde mayo. Y como miles de navarros y navarras, sigo estupefacto. ¿Será posible lo que no estoy viendo?, me pregunto. Y sigo a la espera de que alguien, en no sé qué despacho, me lo solucione. Pero como no puedo seguir con la cara de gilipollas que se me ha quedado, descargo algunas opiniones.
El cierre de las cadenas, después de 30 años de captación y amplia audiencia, es un insulto a la ciudadanía. Es tratarla como a niños. Es hurtarle el derecho de acceder a medios públicos que pagamos entre todos. Es un ataque directo al artículo 19 de la Declaración de Derechos Humanos, que proclama el derecho de la ciudadanía a acceder a todo tipo de información. Es un acto que hiede a fascismo. A UPN-PP. Exige por tanto una respuesta contundente. Mientras vemos con normalidad las cadenas de La Rioja, Cantabria, Aragón y docenas de telebasuras, el cierre de las cadenas vascas, dos de ellas en euskera, es un oprobio a Navarra y a su identidad. Un castigo inmerecido a todos los muetes que estudian en la lingua navarrorum. A mayor escarnio, lo han hecho con un Gobierno de cambio, para que veamos quién puede mear en nuestra propia casa. Gamazo de nuevo. Por bastante menos se levantó Navarra en 1893.
Ante un ataque tan soez a la democracia y a la identidad, la respuesta del Gobierno vasco de la CAV ha sido de una cobardía sonrojante, obedeciendo al cabo chusquero y apagando de inmediato las señales. ¿Dónde están los “vascones indómitos, fieros e independientes” de los que hablan las enciclopedias? ¿Dónde el mítico pase foral, o el sagaz “se obedece pero no se cumple”? ¿Dónde la confrontación democrática? ¿No tenemos nada que aprender de la insumisión catalana? ¿Somos orzayos? ¿Sólo servimos para recadistas de Madrid? ¿Por qué no dejaron que fuera la Guardia Civil la que apagara la señal? Al menos se hubiera retratado el abuso colonial y haríamos pedagogía de la rebeldía, y no, como se ha hecho, de la sumisión. Carlos Garaikoetxea, cuando impuso la ETB 2 frente al Estado, supo comportarse como un lehendakari. Nos cierran medios de comunicación porque saben que los necesitamos. Sin medios nacionales, que sostengan nuestra lengua, territorialidad, cultura e idiosincrasia, nos desparramaremos por el terraplén de la asimilación. Y sin medios democráticos y progresistas, no nos queda más que idiotizarnos con sus medios, dejarnos tragar por el Gran Hermano y acabar votando al más corrupto. Antier fue Egin y Egunkaria, ayer Euskal Herria Irratia, hoy EITB. ¿Mañana?
La actitud de los partidos que sostienen el Gobierno del cambio en Nafarroa, de todos sin excepción, ha sido también decepcionante. Y además han mostrado una monumental miopía política. En censor español ha entrado con sus tijeras de podar, a la brava, en todas nuestras cocinas. Pocos temas tan transversales como éste, y tan obvios, para aunar a miles de navarros en plataformas locales, recogidas de firmas, acuerdos de ayuntamientos, posicionamientos de intelectuales, concentraciones ante las sedes de UPN denunciando su desvergüenza. Algo, aunque no sea más que por dignidad. Y no solo se ha hecho nada, sino que se ha contribuido a paralizar a la población, prometiendo “que se iba a arreglar enseguida” y trasmitiendo el mensaje de “vosotros tranquilos, que me encargo yo”, con lo cual volvemos a la pedagogía de la sumisión; del voto cada cuatro años; de la legalidad española y el sistema de dominación como marco obligado de la política. Si se estaba seguro de que se iba a arreglar, mayor razón para movilizar a la ciudadanía y hacerle partícipe de una justa demanda democrática.
Además, ¿alguien asegura de que se vaya a arreglar? Un año lleva el Gobierno del cambio en Valencia y todavía no se capta la televisión catalana, cerrada por las mismas razones que nuestras cadenas. Ahora nos dicen que por medio de múltiplex de TDT local se podrán ver en las merindades tres de las cuatro cadenas, pero en la comarca de Pamplona sólo se verá ETB 1, privando a más de la mitad de Navarra de los otros tres canales. Los españoles fachas no han dado este paso para volverse atrás: han golpeado, no hemos respondido, ergo volverán a golpear más fuerte. Nos saben indefensos.
Para colmo, el desinterés de nuestros hermanos vascongados, entre los que no faltan los que te dicen “Bah, para lo que hay que ver”, restando importancia a un hecho que si llega a ocurrir en Gipuzkoa hubiera supuesto una movilización nacional. Navarra como siempre, está tan lejos…
Conclusión: un país pequeño, dominado nacional y socialmente, tiene pocas vías para su emancipación. Y pocas armas para responder a abusos como éste. Si descartamos en la actualidad las vías violentas, sólo nos queda la confrontación democrática, la formación en la rebeldía y la movilización popular, juvenil y sindical. Si sufrimos gobiernos enemigos del pueblo, para echarlos, y si son amigos, para facilitarles el trabajo y no se duerman en la autocomplacencia. Y sobre todo, para que no sean los nuestros los que nos desmovilicen y nos dejen inermes.
Jose Mari Esparza
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