sábado, 27 de agosto de 2016

DESOLADOR

La noche del 25 al 26 de agosto es muy triste para mi. El fuego humano de la insensatez ha destruido en pocas horas nuestro propio hábitat, el hábitat de una importante fauna y el patrimonio vegetal más importante que tenía Tafalla.
Oigo como gimen de dolor los corzos, los jabalíes, y toda la fauna menor del Buskil y Baldetina. Siento como crujen de dolor las encinas y quejigos que durante cientos de años habían oxigenado los glóbulos rojos de muchas generaciones de humanos. Árboles que nos habían dado el placer de compartir sensaciones, sentir su energía y cobijo ayudándonos a cubrir necesidades y superar nuestras debilidades.
Son las tres de la madrugada y estoy de nuevo en la terraza. No puedo dormir, se me amontonan en la cabeza y en el corazón todos estos dolores, sentimientos y reflexiones. La noche está templada y calmada, la luna en cuarto menguante y por el Norte aún se percibe el reflejo de las llamas del devastador incendio de Baldetina y Buskil, que además de tierras de Pueyo, a la tarde noche había alcanzado hasta 2.500 Ha llegando a Artajona, las Nekeas, Añorbe y Tirapu.
Me resisto a admitir el “todos tenemos un poco de culpa” ¡No!. No las personas que toda su vida han sentido, plantado, cuidado, defendido y puesto en práctica iniciativas en defensa de los árboles y los bosques. No las que lo sienten como en sus propias carnes, se rebelan y movilizan frente a los depredadores e incendiarios que destruyen en unas horas lo que la naturaleza ha creado durante siglos, y parece que no pasa nada.
Para mí fumar ya es una acción autodestructora, pero provocar un incendio con su colilla es de una insensatez mayúscula. Pero una vez iniciado el fuego, se supone que nuestra sociedad está organizada para atajarlo en su raíz y creo que hay datos para pensar que en el inicio no se ha actuado con la diligencia y energía necesaria. El foco se inicia en una zona, digamos fácil, entre la autopista y la carretera cerca de la tejería, a tres kilómetros de la base de bomberos de Tafalla. De hecho, a una señora que pasaba por el lugar y llamó al 112 se le respondió “no se preocupe señora, son solo unos matojos y ya están avisados los bomberos” la frase puede no ser literal pero es como me la transmitió en el camino de Baldetina cuando el incendio ya tenía una dimensión enorme. Hora y media después el fuego ya estaba allí. ¿Para qué se repite constantemente que estamos en situación de riesgo extremo de incendios si luego no se mantiene la tensión equivalente en los equipos y responsables de atajarlos de inmediato? Y por supuesto todos nos acordamos ahora de las constantes reivindicaciones de los bomberos durante años, de los recortes en plantilla, de la falta de dotación para las brigadas rurales de limpieza de montes, de la ausencia de ganado en nuestros campos y montes, etc. Lamentable la falta de prevención.
Por otra parte, la diferente actitud movilizadora de la población y Ayuntamientos de Pueyo y Artajona frente a la aparente insensibilidad de Tafalla ¿se debe sólo a que como andaba bochorno no se percibió el riesgo? ¿Si la dirección del fuego hubiese sido otra, Tafalla hubiera reaccionado diferente? Posiblemente sí, ¿pero solo por miedo? ¿Cuál es el protocolo de actuación del Ayuntamiento de Tafalla para estos casos, en estado de riesgo extremo? ¿Si existe, no se activó? ¿O fue invisible para la población?.
En los pueblos citados, de inmediato hubo bando, las campanas tocaron a fuego y los tractores y otros voluntarios salieron al monte. Pero ciertamente a su término municipal el incendio ya llegó muy crecido.
Creo que Tafalla está perdiendo el sentimiento y valores rurales, donde la defensa de la naturaleza, y los bienes comunales es algo simplemente natural, intrínseco al ser humano. En la práctica, somos ecologistas de salón, de actos testimoniales y declaraciones rimbombantes. Es realmente desolador, y lo más grave es que puede volver a ocurrir en cualquier momento; aún queda mucho por quemar, entre otros el paraje más próximo y peligroso para el casco urbano, los pinos de Santa Lucía en un estado lamentable que potencia el riesgo.
Por otra parte, y sin ánimo de enjuiciar, y en base a los testimonios que tengo, también opino que los bomberos de Navarra y sus responsables deben revisar su estrategia y actitud de la primera hora del incendio. Lo que ocurrió y el cuándo y cómo se actuó entre las 12:00h y las 13:00h del mediodía del 25 de agosto entre la tejería de Pueyo y Baldetina fue clave.
Una vez que el incendio se desmadró, no dudo que se ha actuado profesionalmente y hasta que habrá numerosas heroicidades que reseñar de nuestros bomberos y otros grupos que han participado en su control y extinción.
Animo a todas las tafallesas y tafalleses a pasear en los próximos días por Baldetina y Buskil, quizás nos ayude a renovar y reforzar nuestro compromiso con la defensa de la naturaleza.

Mauricio Olite
Tafalla a 26 de agosto de 2016

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