El emblemático refugio de Belagua, situado en uno de los espacios de mayor valor medioambiental de Euskal Herria, se encuentra en estado ruinoso desde hace varios años. Pese a las dificultades, la Federación Navarra de Montaña confía en su rehabilitación.
Se llama oficialmente Ángel Oloron, pero todo el mundo lo conoce como refugio de Belagua. «Todo el mundo» son las miles y miles de personas que han pasado por este lugar para ascender a las cimas más elevadas del Pirineo vasco, para acercarse al collado de Arrakogoiti a contemplar la majestuosa garganta de Kakueta, para hacer un descanso en las travesías de la GR-11 y GR-12 o simplemente para disfrutar desde allí de unas magníficas vistas de Larra. El refugio está situado en un lugar privilegiado, a 1.428 metros de altitud y al lado de la carretera de Izaba a la Piedra de San Martín. Cuando se inauguró, en 1971, disponía de agua caliente, electricidad, bar y comedor, por lo que tuvo una gran acogida entre los montañeros. Koldo Aldaz, actual vicepresidente de la Federación Navarra de Montaña, estuvo trabajando de guarda del refugio entre 1981 y 1993, su época dorada. «Estábamos nueve personas y sacábamos sueldo para todos», recuerda. Sin embargo, la comodidad y cercanía de Izaba, localidad situada a solo 19 kilómetros, así como el deterioro del refugio causado por las inclemencias meteorológicas, provocaron su cierre en el año 2004.
Desde entonces ha estado abandonado y se ha ido deteriorando cada vez más, hasta llegar a un estado casi ruinoso. Sin él, Nafarroa es la única región de toda la cordillera pirenaica que no posee un solo refugio de montaña abierto. La Federación Aragonesa de Montaña, por ejemplo, tiene 15 refugios guardados y gestionados por ellos mismos, con un total de 1.258 plazas.
Con el objetivo de recuperar el refugio de Belagua, en 2014 la FNM elaboró una propuesta de rehabilitación, y en mayo de 2015 la Junta General de Erronkaribar se lo cedió de forma gratuita para un periodo de 20 años. El siguiente paso fue recabar subvenciones europeas del programa INTERREG-POCTEFA para el proyecto de cooperación transfronteriza denominado ‘‘Belarouat’’, que incluye también la rehabilitación del refugio Laberouat, situado en término de Leskun (Bearne). Con estas subvenciones esperaban obtener el 65% del presupuesto de rehabilitación (en torno a 1,3 millones de euros), mientras que el Gobierno de Nafarroa aportaría el 25% y la FNM cubriría el 10% restante. Sin embargo, el POCTEFA acaba de denegar la subvención, lo que significa que la rehabilitación del refugio de Belagua tendrá que esperar.
Representantes de la FNM de montaña trataron este asunto la semana pasada con responsables del Departamento de Cultura, Deporte y Juventud del Gobierno de Nafarroa y del Servicio de Proyección Internacional involucrados en la gestión de fondos europeos, quienes les comunicaron su interés por rehabilitar el refugio de Belagua y les plantearon la posibilidad de presentarse a la nueva convocatoria de las ayudas POCTEFA previstas para el próximo otoño.
Directivos de la FNM acordaron ayer insistir en esa vía, pero deberá ser ratificada por la asamblea general. En Nafarroa existen más de 100 clubes de montaña y están federadas unas 10.000 personas, siendo, tras el fútbol, la más importante del herrialde. Koldo Aldaz tiene muy clara su postura: «Si el refugio de Belagua no se arregla, es mejor tirarlo. No se puede mantener un edificio en estado de ruina a las puertas de una zona declarada LIC y ZEC (Zona de Especial Conservación), que es lo mejor que tenemos en Nafarroa. Sin ayudas, es imposible afrontar su rehabilitación, pero confiamos en ellas».
Iñaki Vigor, en GARA
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