Esta misma semana, el consejero Miguel Laparra anunciaba los nuevos estatutos del Servicio Navarro de Empleo (SNE). Esta reforma deja en una situación muy complicada a Comisiones Obreras y UGT y elimina muchos de los privilegios con los que contaba la patronal. Sin embargo, no es lo suficientemente valiente para LAB y ELA. En particular, este último sindicato ha anunciado que no va a participar en el nuevo organismo autónomo, lo que deja la modificación en tierra de nadie y, sobre todo, hace que aflore el debate sobre cuál ha de ser el modelo de diálogo social y, también, el sistema de formación de la población activa en Nafarroa.
El SNE ha sido, hasta ahora, un coto cerrado al servicio de la patronal y los sindicatos CCOO y UGT. Desde ahí, a través de unos convenios polémicos se repartían entre las tres entidades unos doce millones de euros de las arcas públicas. Además, como miembros del patronato del SNE, ellos supervisaban los pliegos de condiciones para sacar a concurso la formación de los trabajadores y parados, pese a que luego también se presentaban a esos concursos.
Los próximos presupuestos reducen a la mitad lo que se repartirán los dos sindicatos y la CEN. Ahora, con los nuevos estatutos el Gobierno ha introducido una nueva fórmula que resta peso a estos tres agentes y, además, abre una puerta para que entren los sindicatos con más del 10% de la representación (lo que en la práctica afecta a LAB y ELA), así como los organismos que representan a la economía social (CEPES). Precisamente, esta apertura y «democratización» es lo que mejor valoraba LAB, que criticaba no obstante el mantenimiento de la mitad de los convenios nominativos con CCOO, UGT y la patronal, una práctica que el sindicato abertzale tacha de «endogámica».
Tan grave es esta «endogamia» para ELA que ya ha anunciado que no aceptará la oferta de entrada, ya que entiende que el modelo «no ha cambiado». La tesis de esta central es que la formación de trabajadores y desempleados tiene que hacerse desde lo público y no dejarse en manos de los sindicatos. «No podemos caer en la incongruencia de denunciar un modelo y ahora pasar a formar parte del mismo», aseguró el líder de ELA en Nafarroa, Mitxel Lakuntza.
Pese a que ELA y LAB creen que el Gobierno se ha quedado muy corto en su intento de refundar el SNE y que no ha ido al fondo del problema, quienes hasta ahora manejaban todos esos fondos públicos aún están más descontentos. El líder de UGT, Javier Lecumberri, afirma que ha habido «un retroceso de 20 años» y lo siente como un ataque. «Nosotros tenemos reconocida la condición de organizaciones más representativas», se lamentaba. Además, sostiene que, si el sindicato se queda sin fondos, muchos trabajadores quedarán «desamparados».
En CCOO creen que los nuevos estatutos «rompen el consenso», porque a partir de ahora quien tendrá la última palabra será el Gobierno y el patronato del SNE pasa de tener capacidad de decisión a ser meramente consultivo. No obstante, CCOO ha decidido que se quedará dentro del SNE «por sentido de la responsabilidad».
En último término, la patronal también está insatisfecha. Lo que mayor rechazo le genera es la posible entrada de LAB y ELA «porque funcionan aún en clave de confrontación», según el presidente de la CEN.
Aritz Intxusta, en GARA
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