jueves, 22 de octubre de 2015

UN CONFLICTO POLÍTICO

Hemos seguido con estupor desde nuestras casas el desenlace del caso La victoria de la libertad: la Policía Nacional contra el terrorismo que ha venido sacudiendo el ambiente político las ultimas semanas. ¿Le estarán llamando libertad a las atrocidades cometidas con nosotras o nuestros familiares? ¿Estarán hablando de victoria y quieren decir impunidad? Y cuando hablan de víctimas, ¿quieren seguir hurgando en la herida de decenas de familias que las quieren condenar al olvido? Esas y más preguntas son las que se nos han pasado por la cabeza estos días.

Y es que vivimos en una ciudad donde hoy todavía seguimos adentrándonos en las fosas o en los callejeros para encontrar a nuestros familiares y quitar de la vista de una vez y para siempre a asesinos como el conde de Rodezno. Y en ese contexto, lo único que se les ocurre es ofrecer la misma receta de entonces: la de los vencedores y vencidos. En este momento, donde se está hablando de ruptura democrática y procesos constituyentes, ¿quieren vendernos y ofrecernos a la vez un presente sin solución dialogada y un futuro donde los vencedores campan a sus anchas, bien conocidas en estas tierras?

Y para mas inri traerán, para que le dé la bendición a la exposición, al ministro de Interior, Fernández Díaz, y de paso convertir Pamplona en la ciudad de la apología a la violencia policial. La respuesta es tajante: no, no y no. No estamos dispuestas a tragar con esas milongas irresponsables. Queremos un presente y un futuro en paz. Una paz asentada, en la verdad, en el reconocimiento y en la justicia. Queremos una victoria de la libertad de verdad, asentada ésta en el respeto a todos los derechos, tanto individuales como colectivos.

Esta exposición no tiene otro objetivo que convertir en víctima a la Policía Nacional, un cuerpo que es responsable de gravísimos ataques a los derechos humanos de millares de ciudadanas y ciudadanos de Iruñea-Nafarroa.

Es una afrenta a todas las personas que hemos sido víctimas de la violencia policial: una afrenta a la memoria, familia y amigas de ciudadanos de Iruñea que han sido asesinados por la Policía, como son José Luis Cano, Germán Rodríguez, Mikel Castillo y Angel Berrueta. Un insulto a los centenares de personas que han sufrido graves e irreversibles lesiones como consecuencia de cargas policiales indiscriminadas, como Mikel Iribarren (agredido por un bote de humo en 1991), Txuma Olaberri (daños cerebrales irreversibles por un pelotazo en 1993), Juantxo Molina (debido a un pelotazo en 1994 perdió un ojo) y Aingeru Zudaire (perdió un ojo de un pelotazo en 2012). Un desprecio a todas las personas detenidas, incomunicadas y torturadas por la Policía. Personas como Javier Ezpeleta Brun, secuestrado ilegalmente y torturado por inspectores de la Policía en 1983; o las decenas de jóvenes detenidas y maltratadas en sucesivas redadas contra el movimiento juvenil navarro.

Es una gran mentira histórica la justificación de la actuación de la Policía Nacional tomando como excusa la existencia de ETA. La Policía Nacional y su antecesora, la Policía Armada, reprimían todo tipo de luchas obreras y populares mucho antes de que ETA naciera. En la primavera de 1951 (diez años antes de que ETA realizara su primera acción violenta), los grises (Policía Armada) hirieron de bala a cinco personas humildes de Iruña al castigar con saña una huelga general espontánea provocada por la subida de precios de alimentos básicos. Desde entonces, la Policía Nacional ha apaleado a todo tipo de movimientos ciudadanos de Iruñea: a obrer@s que luchan por sus derechos laborales, a mujeres que piden el derecho al aborto, a jóvenes que llenaban de vida el gaztetxe Euskal Jai, a insumis@s que luchaban contra el servicio militar obligatorio, a personas que defendían el patrimonio histórico ante el expolio del subsuelo de la plaza del Castillo.... Repasen la hemeroteca y no nos tomen por imbéciles. La Policía Nacional no ha defendido la libertad, sino que ha arremetido una y mil veces contra los derechos y las libertades de la ciudadanía de Iruñea. Por lo tanto, la violencia policial existe antes, durante y después de la actividad de ETA.

La práctica totalidad de estas gravísimas agresiones a la ciudadanía de Iruñea permanecen impunes. La Policía Nacional ha tenido carta blanca para conculcar derechos, amparada en la legislación de excepción (denunciada en repetidas ocasiones por diferentes organismos internacionales), y en una red de complicidades judiciales, mediáticas y políticas tejidas al albur de la llamada política antiterrorista. No hay más que recordar las condecoraciones a los responsables de muchos casos que habido en este pueblo, los casos de Joxe Arregi y Mikel Castillo sirvan de ejemplo.

La Policía Nacional y los responsables políticos que han regido sus destinos tienen muchas responsabilidades que asumir ante la sociedad navarra. En el camino hacia la paz y la normalización política, tienen que reconocer el ingente daño que han causado a esta sociedad y comprometerse en la reparación de ese daño. Se lo exigimos como personas directamente afectadas por la violencia policial.

Asimismo, pedimos a la sociedad y a las instituciones navarras que no permitan que se prodiguen las muestras de apología de la violencia utilizando medios e infraestructuras públicas. Por ultimo, queremos hacer un llamamiento a la ciudadanía para que participe en la concentración que realizaremos el próximo día 30, a las 19.30, frente a la exposición, en el salón de armas de la Ciudadela, con el lema: Un conflicto político, reconocimiento de todas las victimas, Una solución, Todos ganamos.

Fermin Rodriguez (hermano de German Rodriguez), Itxaso Torregrosa (detenida y torturada en el 2009), Aingeru Cano (hermano de J.L. Cano), Begoña Castillo (hermana de Mikel Castillo), Sergio Medina (detenido en 1996, 1999, 2004), Joanes Molina (perdió el ojo debido a un pelotazo, 1994), Ai-tziber Berrueta y M.C. Mañas (hija y mujer de Angel Berrueta), Karlos Otxoa (Ahaztuak, 1936-39), Izaskun Goñi (detenida y torturada en 2010), Ramon Contreras (Sanfermines 78), Aingeru Zudaire (perdió la vista de un ojo por un pelotazo, 2012) y Mikel Iribarren (herido de gravedad por un bote de humo, 1991)

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