sábado, 4 de febrero de 2012

ALGUIEN TENDRÍA QUE HACER ALGO

El Gobierno de Barcina la tiene tomada este año con los hijos de Shakespeare. Primero clavó la tijera en el corazón de la Escuela Navarra de Teatro y ahora borra del mapa los espectáculos del Festival de Olite.
En lo que toca a la ciudad del Castillo, el evento queda reducido al esqueleto. El tajo se lleva casi el 60% del presupuesto. No habrá grandes compañías y ni si quiera se montará el escenario de La Cava.
La proyección exterior del Festival, no cabe duda, se resentirá a pesar de la promesa de que ahora se convierte en certamen bianual. No es lo mismo. El evento corre el peligro de esfumarse de la cartografía de los certámenes de calidad. ¿Acaso Almagro o Mérida aparecen y desaparecen como el agua del Guadiana?, no.
En lo interior, comerciantes, bares, restaurante y hoteles lo van a sentir y no está precisamente el tiempo como para ir sin paraguas en plena tempestad de crisis económica. Doscientos puestos de trabajo, ahí es nada, viven en verano del sector.
A Olite, además, le blande sobre la cabeza una espada que ya conoce: la eventual dispersión del espectáculo por mor de un reparto de escenarios en distintos puntos de Navarra. Algo que ya mató a los primeros Festivales de Olite, algo que a largo plazo se vio ineficaz porque la proyección del Palacio Real supera mediáticamente a otros escenarios, programas y foros.
Cuando, precisamente con otro gobierno de UPN, se finiquitó el Festival de Olite original, se alzaron voces contrarias que a la postre sirvieron para rectificar el error.¿La crisis, económica y de otros tipos, habrá matado esta sensibilidad?. Malos tiempos para la lírica y la dignidad.
Beltrán Gárriz, en Ordago

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