domingo, 16 de noviembre de 2008

LOS PUEBLOS DESCALZOS DE LA TIERRA


En el barrio de Peronia, al norte de Ciudad Guatemala, viven setenta mil personas amontonadas en barracas de cartón, maderas, uralitas y bloques de cemento. En todo el barrio sólo hay un médico, un árbol y mucha violencia.

Todo el mundo espera que la suerte les ayude a terminar el día sin muertos en la familia ya que en este barrio, de media, hay un asesinato cada dos días. Las escuelas están vacías, no hay libros y los maestros, mal pagados no llegan a este lugar donde la vida de una niña vale lo mismo que la bala que la puede matar en cualquier esquina a partir de las cinco de la tarde.Allí conocí al Padre Elías, un ácrata que lee el evangelio mirando a sus vecinos, no pasó como la curia de Roma que lo hace mirando las nubes o sus intereses bancarios.

Guatemala explotada desde la colonización, sometida, indigente y menospreciada por su casta criolla,lleva en su interior indígena el llanto maternal de la violación sistemática. El Mosad israelí junto con los racistas de Sudáfrica adiestraron a uno de los ejércitos más sanguinarios de América Latina con el visto bueno de los Estados Unidos.

Ahora la democracia de los ricos que se ha instalado sigue descalzando a los pobres, humillando a los indios y esclavizando a los niños. Los oligarcas palestinizan a los indios pobres y desde las selvas impenetrables del país se continúan denunciando secuestros de niños que después de descuartizados pasan a engrosar los bancos de órganos de hospitales del primer mundo.
Ahora, en algunas zonas de montaña, se ha encontrado oro y eso ha atraído la codicia de rapaces del mundo occidental que después de arrasar ecosistemas enteros en la investigación del apreciado mineral tiran el cianuro a las aguas vírgenes de los ríos guatemaltecos contaminando de por vida los ricos ecosistemas.

Frente a eso, Àlvaro Ramazzini, el obispo de las causas pendientes de Guatemala, ha comenzado un camino de denuncia que le ha llevado a recibir amenazas de muerte por parte de los caciques de la tierra que vio nacer a Rigoberta Menchú.

Peronia es una radiografía de lo que hoy es Guatemala, un país de silencios, de miedos contenidos, donde la dignidad resuena en la voz de un obispo, en el ejemplo de un capellán libertario o en el paso descalzo de millones de indios que hace más de quinientos años esperan tener su papel en la historia.Mientras tanto el silencio occidental es cómplice del ahogo que sufren los pueblos descalzos de la tierra.
Jordi Planas Bosch (Publicado en Diari de Girona)

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